Decimotercera carta

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¿Vacaciones?, ¿Con Mike?

Debía admitir que no sonaba mal, pero tenía que ser planeado con anticipación y Mike parecía acabar de tener la idea.

—¿Q-Qué? —preguntó en un tartamudeo.

—Vámonos de vacaciones —repitió el chico de nuevo con una gran sonrisa.

—¿N-No crees que es muy repentino, Mike?, ¿Siquiera lo has planeado?

—Claro, estuve pensando en eso toda la semana. Quiero ir contigo.

Will enrojeció.

—B-Bueno, si lo dices así ¿Cual es el plan? —preguntó el castaño mientras cerraba de una vez la ventana.

—Iremos a Ohio, a Westerville —informó Mike mientras se sentaba en la cama de Will—. Ya tengo el hotel, y también se perfectamente lo que haremos alla. Tengo ahorrado suficiente dinero y con lo que dejo mamá para una "emergencia" —hizo comillas con sus dedos—, es suficiente.

—Esto está yendo muy rápido —dijo Will sentándose al lado de Mike—, ¿Cuando y como se supone que nos iremos?

—Nos iremos este miércoles y regresaremos el sábado e iremos en el auto de mis padres.

Will no pudo evitar fruncir el ceño.

—Eso es muy pronto, Mike. Pensé que sería más adelante. Además, tus padres de seguro te matarán si se enteran que te fuiste de vacaciones en el auto —razonó el chico.

Mike soltó una risita.

—Ya les pregunté y están de acuerdo.

—¿Q-Qué? —preguntó aún más confundido—. Aún así mi madre no me dejara ir.

—¡Dios, Will deja de poner excusas!, Sabes que nos vendrían bien unas vacaciones. La pasaremos bien, te juro que yo me encargaré de todo —trató de convencerlo el pelinegro.

Will suspiró y terminó por aceptar. Unas vacaciones de ese estilo le vendrían bien, y más con Mike como compañero. De todos modos ya era un adolescente, irse de vacaciones con sus amigos era algo que tenía que pasar.

Aunque sabía que los planes de Mike no eran perfectos.

...

Al despertar ese lunes muy a su pesar tuvo que decirle a Mike que se fuera. Unas horas más tarde sus amigos llamaron para juntarse en una cafetería después de almorzar. Solo con la intención de charlar y pasar el tiempo. Jane y él ya se encontraban en camino, Hopper los iba a dejar de camino al trabajo.

Al llegar ambos adolescentes se despidieron de sus padres en el auto y bajaron. Se adentraron en la cafetería, donde ya casi la mayoría del grupo se encontraba.

—Hola, chicos —saludó sonriente Jane cuando estuvieron en la mesa.

Todos respondieron igual de animados y les hicieron un espacio en la mesa. Solo se encontraban Dustin, Lucas y Max.

—Ya te dije, Lucas —retomó la conversación Dustin—, no te voy a prestar mis historietas de Star Wars.

—¡Oh vamos, Dustin! Dijiste que me las prestarías —protestó Sinclair—. No es mi culpa que estes de mal humor porque Steve se fue de viaje...

El chico se calló al instante, al igual que toda la mesa.

—¡No estoy de mal humor por eso!, ¡Steve no tiene nada que ver, él puede irse de viaje por su estupido trabajo cuando quiera! —chilló Dustin.

—¡Bueno basta, chicos!, ¡Dejen de pelear! —exclamó Max, parando la ya acostumbrada riña de los dos integrantes del grupo.

Jane y él rieron ante la escena.

Dear, Will ; BylerWhere stories live. Discover now