Segunda carta

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Quien quiera que fuera esa persona sabía de los sucesos de 1983, y eso no era bueno.

Sus manos temblaron con el papel desdoblado en sus manos y como si no fuera suficiente desgracia ese día se largo a llover a cántaros. Ahora entendía las advertencias de Holland y su madre, tal vez debió poner más atención al relámpago que alcanzó a ver en la central de correo.

Antes de que el papel se mojara más hasta romperse Will lo guardó en sus bolsillos junto a la carta. Miro hacia arriba viendo como el cielo se iluminaba por los truenos y como la lluvia caía como la mismísima desgracia sobre él. Suspiro, como si no se estuviera mojando y apunto de causarse un resfriado, camino con desgano y cansancio, había corrido todo el día y sus pies necesitaban descansar; él necesitaba descansar.

Cuando ya estuvo en el camino de nuevo sintió ganas de echarse a llorar sintiéndose estupido. ¿Por qué?, ¿Por qué a él?, ¿Por qué tenía que tenía que enamorarse de Mike?,¿Por qué tenía que ser el juguete de otra persona? Sus ojos despidieron unas cuantas lágrimas mientras se encontraba parado en el mismo lugar donde hace ya 5 años empezó su primera pesadilla, sintió un escalofrío al recordarlo. El miedo empezó a abordarlo en cuanto se vio en medio de la oscuridad y de la lluvia.

Extrañamente la oscuridad que lo rodeaba se vio interrumpida por las luces de un auto que se acercaba a su posición. Tuvo el indicio de echarse a correr, pero se calmó y a la vez confundió al ver la camioneta de policía de Hopper. El auto se detuvo a su lado y Hopper lo recibió con una mirada severa, hizo un ademán con la cabeza diciéndole que suba y Will se apresuró a hacerlo, dándose cuenta de que empezaba a tiritar del frío.

—Holland me dijo que estabas aquí, me dijo que fuiste por un asunto de una carta y que venías para acá —dijo el oficial aún sin poner en marcha el auto—. Salí corriendo de mi trabajo, niño. No necesito escuchar la historia completa de porque o que hacías aquí, pero quiero que pienses dos veces antes de hacer este tipo de cosas, tu madre está preocupada, Will, y Jane también. No pude decirles que estabas justo aquí porque sabía que se alterarían, y no planeo decirles. Quiero que pienses esto ¿Qué sucedía si te pasaba algo?, ¿Si alguien te hacía algo? Estabas solo, Will de no ser por Holland seguro todavía estarías vagando por la calle. Dejare que le mientas a tu madre, pero una situación más como esta y no te respaldare, tendrás que decirle a tu madre que hacías aquí ¿Entendiste? —Will asintió callado y avergonzado bajo su mirada su manos que temblaban de frío—, y toma —le extendió una toalla bastante grande para cubrirse—, seguro pescas un resfriado.

Hopper puso en marcha el auto de nuevo y se dirigieron hacia la casa Byers/Hopper.

Para cuando estuvieron ahí Will ya no tiritaba pero seguía helándose. Ambos salieron del coche y se adentraron en el porche de la casa. En cuanto el timbre sonó Joyce corrió hacia la puerta.

—¡Will! —grito su madre caminando hacia él tomándolo por los hombros—. ¿Dónde has estado? Hopper me dijo que iría a buscarte pero no me dijo dónde. Estas todo mojado, cielo ¿Dónde estabas?

Will trago saliva y miró a su madre a los ojos. Notando de reojo a una Jane que se asomaba por el pasillo, con una mueca de preocupación.

—Olvide que tenía un trabajo para mañana con Mike, así que salí corriendo. Después quise llegar a comprar algunas cosas pero la tormenta me atrapó y tuve que refugiarme, lo lamento mamá —sintió a la culpa aplastarlo pero sabía que no podía decir o hacer más nada debido a su circunstancia.

Sintió un impulso de tirarse a llorar a los brazos de su madre como cuando era un niño pero se retuvo con estoicismo. Todos volvieron dentro de la casa para refugiarse de la tormenta que caía sobre todo Hawkins. Will quiso encerrarse en su habitación pero Joyce lo detuvo tomándolo por el brazo.

Dear, Will ; BylerOù les histoires vivent. Découvrez maintenant