Imagina con BTS: "Soñar No Cuesta Nada".

Jung Kook - Euphoria

Tenía tiempo que no miraba aquel álbum de fotos que encontré hace una semana en una caja.

Todos los momentos que tuve con la chica que más ame, T/N.

Lo guarde para verlo después pero no había encontrado el momento.

Me senté en el sofá.

Tome aquel álbum viejo entre mis manos.

Al abrirlo me trajo miles de recuerdos.

Le tomaba fotografías e incluso la filmaba, aun puedo escuchar su voz cuando se quejaba.

No le gustaba.

A lo contrario de mí, me encantaba.

Me gustaba guardar los pequeños momentos que teníamos juntos. Arme este álbum con un solo objetivo.

Nos conocimos por Instagram.

Me parecía muy interesante las fotos que sacaba y quise hablarle con la excusa de pedirle algún "consejo".

Ella al principio parecía muy seca, no estaba muy cómoda hablando con un desconocido.

Poco a poco entro en confianza.

Al cabo de dos meses, decidimos comenzar con las videollamadas.

La primera vez fue muy vergonzoso para ambos, estábamos nerviosos.

Luego era rutinario.

Pasaron los meses y cumplimos un año que nos conocimos.

Comencé a sentir cosas por ella, no una simple amistad.

Dejaba de trabajar y tenía la necesidad de saber como estaba y que hacía.

Ella me hablaba de las salidas que tenía con sus amigos y como lo pasaba.

Me sentía celoso, ellos tenían la posibilidad de tenerla 24 horas.

Yo minutos y a través de una pantalla.

Estaba trabajando muy tranquilo cuando un mensaje llama mi atención.

[T/N: Tenemos que hablar, cuando llegues a tu casa conéctate a Skype.]

Aquello me hacía asustado e intrigado.

Volví a casa después de una larga jornada.

Le mande un mensaje para que se conecte a Skype.

Cuando ella apareció en la pantalla con una sonrisa.

Aquella sonrisa que me contagiaba.

Comenzó a explicarme la urgencia y el motivo de que me pidió conectarme.

Me tomó por sorpresa pero me encanto la idea y me era imposible disimular mi felicidad.

Ella vendría a Corea.

Por fin podríamos vernos cara a cara.

Todo fue muy rápido, cuando llego aún no podía creer que estuviera conmigo.

Me ponía nervioso, sonreía demaciado y actuaba torpemente frente de ella.

Quería su total atención, no quería que viera a otro hombre que no sea yo.

Los días pasaron rápido: paseos por la playa, le mostré varios lugares, la lleve a cenar varias veces, fuimos al cine, etc.

Cada vez que la veía, sonreía.

Quería abrazarla e incluso pensé en besarla.

Tenía miedo que pensará mal de mí.

Pero todo aquellos pensamientos se iban al ver su sonrisa.

La besé, por suerte no me golpeo.

Correspondió.

Quería saltar de felicidad, pero me contuve.

Novios.

Por fin teníamos ese título que estaba esperando de hace mucho tiempo.

Nuestros momentos juntos fueron hermosos e inolvidables.

Pero...

Las cosas cambiaron muchísimo.

Ya pasaron cinco años de todo eso.

¿Nada dura para siempre?

Pues, les comento que sí.

Por lo menos esta pequeña historia sí.

Levante mi cabeza encontrándome la pequeña Mun Ah jugando en el patio de casa.

T/N estaba con ella corriendola mientras reían.

Sonreí al verlas.