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A pesar de todo tipo de intento, la llave no entraba en la cerradura, haciéndome formular en la mente una buena lista de maldiciones. Resoplé frustrada y le metí un buen puntapié a la puerta provocando solamente que los dedos debajo de mis zapatillas negras me dolieran. Empezaba a extrañar Changwon.
─No creo que se abra así─ musitó divertida una voz gruesa pero dulce, detrás de mí.
Me giré avergonzada y me encaré con la perfección en persona. Noté cómo la boca se me abrió lentamente y cómo los ojos me destellaron de encanto.
Un joven delgado pero fornido revestido de una piel suave y blanca, su flequillo liso caía en su frente haciéndolo ver adorable, con cara de ángel, se situaba detrás de mí y de mi desordenado par de maletas plateadas que había dejado tiradas en el piso junto a mis zapatillas negras.
Emm... ah...─genial, no pude articular nada inteligible o que tuviese significado alguno.
─Déjame adivinar, eres Han Byul ¿verdad?─me sonrió mostrándome la perfecta sonrisa cuadrada, deslumbrándome.
Vaya, una perfecta sonrisa era enmarcada por unos labios aparentemente suaves y rosados con forma de corazón; aquello era lo más bello que había visto en lo que había llegado a Seúl.
─¿La amiga de Ji Hye?─preguntó, ahora dudoso.
¡Maldición! ¿Era necesario pegarme una bofetada para reaccionar? Sí, quizá sí, pero sólo me limité a sacudir ligeramente mi cabeza.
─Sí, sí─me aclaré disimuladamente la garganta.─A las dos preguntas, sí.
Me sonrió con más ganas, haciendo que sus ojos formaran una línea, y me desarmó por completo, Mordí mi labio reprimiendo las ganas de darle un abrazo.
─¿La puerta no abre?─ frunció levemente se ceño, haciéndolo más hermoso de lo que el chico era.
─¿Ah? No, no...─bajé la cabeza para ocultar el traicionero rubor de mis mejillas─La llave no entra─expliqué mirando la cerradura color dorada.
─¿No entra? Hum... ¿Me permites?─estiró la mano con la palma extendida hacía arriba. ¿Qué me creía? ¿Una tonta?
Me atreví a levantar la vista para mirarle, era dueño de unos bellos ojos color café, un lunar en su nariz y otro bajo su labio inferior, alzo la ceja al ver que me quedaba aun viéndolo. Le di la llave confiando completamente en aquel hermoso extraño de sonrisa cuadrada.
Se acercó a la puerta de aquella casa e intentó sólo una vez meter la llave a la cerradura, cosa que no funcionó.

Tenía una camisa blanca y arriba de esta un saco de Gucci muy elegante digno de él, su postura era elegante, como hablaba y hasta como pestañeaba.
─Hum...─la miró─Creo que te dieron la llave equivocada.
─¿Tú crees?─dije, sarcástica, soltando una risilla al ver su cara al no esperarse mi comentario.
Él soltó una pequeña risa y el soplo de su risa me acarició el rostro. Me obligué a aterrizar de nuevo en la Tierra puesto que había volado más allá de la última nube del cielo. Qué emociones tan extrañas estaba experimentando.
─¿Eres... vecino?─pregunté esperanzada, anhelando realmente que dijera que sí, que era dueño de alguna de las casas de los alrededores.

─No.
─¿Entonces... cómo sabes mi nombre y que soy amiga de la chica que vive aquí?─hice una pausa frunciendo el ceño─Ji Hye vive aquí, ¿cierto?─pregunté, avergonzada.
Él rió aún más, cómo si mi ingenuidad resultara graciosa. Bueno, quizá para él sí.
─Sí, Ji Hye vive aquí─señaló la casa 320 en el que antes había intentado meter la llave─. Es raro que no se encuentre─dijo sorprendido─. Y bueno, ella me habló de ti, me dijo que esta noche llegarías y estaba muy emocionada con la noticia─me sonrió, haciendo mis piernas y manos temblar.
─¿Y tú eres...?─entrecerré los ojos.

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Hurt; Kim Taehyung [#1]Where stories live. Discover now