Hurt; Kim Taehyung [#1]

«014»

Levanté la mirada y me topé con un bello rostro meramente inmaculado. Su piel llana y pálida hacía lucir oscuros sus ojos, su cabello azabache ligeramente despeinado, lo hacía lucir hermoso, las pestañas se expandían con firmeza hacía arriba. Sus labios rellenos y rosados con forma de corazón, pero en su pómulo derecho había un moretón y un corte, al parecer había estado en una pelea.

Quede perpleja ante su rostro.

A simple vista se veía que era problemático, su forma de vestir, el corte en su pómulo, su cabello alborotado, la mezcla a cigarrillo y su fragancia era extrañamente exquisita, aunque no hay que juzgar sin conocer.

—Hola—pronunció, su voz era un poco ronca.

—Hola—dije, medio atontada por el bello rostro juvenil que tenía justo enfrente.

—Perdóname, es que andaba un poco distraído—musitó, frunciendo el ceño de repente como si hubiese recordado algo.

—No, no, la distraída soy yo—dije y luego me reí.

—Soy Byun Baekhyun— extendió su mano frente a mí.

Acerque mi mano a la de él lentamente, cuando estas por fin se juntaron sentí una extraña corriente en ella y la aparte rápidamente extrañada por aquello.

—Han Byul—me presenté.

Una fugaz sonrisa se dibujó en sus labios, aunque no pude apreciarla como era debido, ya que esta desapareció en nanosegundos.

Hizo una pequeña reverencia y me dio la espalda.

Dirigí la mirada hacía donde él se dirigía, estaba por subir las escaleras del pórtico de la señora Kang, mejor conocida como la vieja cascarrabias.

—¿Vives aquí?—balbuceé, al captar el trío de números que formaban el 319.

—Sí, con mi tía.

La vieja gruñona con la que Ji Hye me había dejado la llave de su casa era tía del lindo muchacho que me miraba ceñudo. Abrí los ojos ante la sorpresa.

—¿Eres sobrino de la señora Kang?—inquirí.

—Sí, ¿la conoces?

—Sí, bueno no—dije y su expresión pasó a ser una mueca de confusión—. Mi amiga me dejó la llave de su casa aquí y sólo pasé a recogerla, de allí conozco a tu tía—expliqué.

—¡Oh! ¿Eres tú la linda chica que se mudó con Ji Hye?—preguntó, como si hubiese completado un rompecabezas en su memoria.

—Sí y... gracias por lo de 'linda'.

—Oh, bueno, eres linda— se encogió de hombros restándole importancia—. ¿Vas a algún lado?

—Sí, a un laboratorio de fotografía. ¿Sabes dónde queda uno?—

—Sí, es cerca de aquí, a 5 cuadras exactamente.

—Oh, gracias.

—No hay problema.

-Oh, está bien, ¿puedo invitarte luego un café? Para conocernos, digo, vamos a ser vecinos— me encogí de hombros un tanto avergonzada y ligeramente ruborizada.

—Claro, me encantaría—sonrió ligeramente.

—Hasta luego, entonces.

Se giró para continuar subiendo las escaleras y yo me encaminé por las calles de Seúl esperando encontrar lo que buscaba.

Luego de unos minutos y de contabilizar mentalmente las cinco cuadras que Baekhyun me había mencionado, miré hacía el pequeño recuadro blanco ubicado en el muro externo del último edificio de la cuarta calle. Sonreí satisfecha al haber acertado en mi búsqueda.

    Afortunadamente lo encontré, además de que pude visualizar fuera del lugar el letrero en letras grandes y negras que decía    "실험실 사진"   "Photo Lab"

Crucé la acera y me adentré en el lugar solitario y oscurecido, solamente iluminado por las luces del exterior que traspasaban por el ventanal, pero aquello no redujo ni un poco los escalofríos.

—¿Hola?—musité, esperando a que alguien en el oscuro lugar me respondiera.

—¡Tonta máquina!—gruñó una voz fina y delicada que salió de detrás de los almacenes. Una voz de mujer.

Me quedé pasmada, y mis pies se quedaron congelados en el mismo lugar en donde se habían parado.

—¿Hola?—volví a repetir, ahora un poco temerosa.