Andabas en el supermercado con Taehyung haciendo las compras de la semana, te encontrabas en la sección de lácteos cuando te diste cuenta que él no estaba a tu lado.
—¿Dónde rayos estás Taehyung?—te preguntaste a ti misma.
Lo buscaste por las secciones cercanas de donde estabas pero no lo veías por ningún lado, te empezabas a desesperar hasta que lo divisaste.
—¡Taehyung!—lo llamaste y te dirigiste hacia él—¿Por qué desapareces derrepente?
—Me despiste con la sección de juguetes— rió—Perdón es que...
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En ese instante caíste en razón, el apartado era en especial para niños, bebés específicamente.
—Dime la verdad Taehyung—lo notaste un tanto nervioso.
—Hace mucho que, quiero un hijo nuestro, verlo correr por la casa, ir a traerlo a la escuela, ver el fruto de nuestro amor—confesó bajando su cabeza.
No sabías cómo tomar lo que te acababa de confesar, no es que no querías tener un bebé simplemente no te habías puesto a pensar en ello. Tenías seguro que a Tae le encantaban los niños y desde que se casaron te insinuaba que tuvieran uno, pero nunca lo hablaron con seriedad por lo que el tema se les escapó.
—Cariño— tomaste sus mejillas entre tus pequeñas manos—Está bien—sonreíste.
Te observó sorprendido.
—¿Encerio?
—Sí, podemos tener un hijo Tae—lo abrazaste.
—Me haces la persona más feliz, te aseguro que seremos los mejores padres del mundo—sonrió.
—Podemos empezar hoy si quieres.
—Eso seria bueno—dejó salir una risita.
—Terminemos las compras entonces.
Él asintió.
Culminaron sus compras y rápidamente fueron a casa para crear un bebito.
