— T/n, no deseo ir a casa aún — él castaño llevaba acabo un berrinche.
— Nos vamos ya Taehyung — lo sujetaste de la cintura.
Ambos habían asistido a una fiesta realizada por Namjoon un viejo amigo de tu novio, quién se encontraba borracho hasta los pies. Tae no era de beber mucho pero esta noche se había pasado con el alcohol, salían de la enorme casa en dirección a la suya.
— ¡Pe-ro no quier-o irme! — fingió llorar — ¡Quedemo-nos un poco más!
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— No cariño — negaste en desacuerdo — estás muy borracho.
— Solo be-bí un-n poqu-ito — hizo un gesto con sus dedos.
— Taehyung — Lo ojeaste seria — te bebiste siete botellas de soju sin contar las que les quitaste a los chicos — andabas con él hacia el auto — Sube — abriste la puerta del copiloto.
— ¡No! — se tambaleó sobre sus pies.
— No tengo tiempo para esto Kim Taehyung, entra al auto ya — demandaste con fastidio.
— ¡No, No quiero! — negó moviendo sus manos.
— Vas a entrar o te dejo en abstinencia por un mes — te cruzaste de brazos.
Se quedó quieto en su lugar viéndote un tanto molesto, esperaste a que se subiera al auto pero sólo se acercó a ti quedando a unos centímetros de tú rostro.
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— N-unca me dej-arías sin sex-o — susurró en tus labios.
— ¿Quieres saberlo? — elevaste una ceja.
— Est-as aprovecha-ndote — sonrió ladino.
— Quizás, entra al auto — repetiste.
— Bie-n — dejó un corto beso en tus labios — Tan suaves — se separó para luego entrar al auto logrando tú cometido.
Diste vuelta al auto y entraste colocándote el cinturón seguido el de Taehyung quién tenía problemas para hacerlo.
— Deja te ayudo — estiraste tú torso llegando a su asiento.
— Yo pued-o sólo — trató de abrocharselo no lográndolo.
— ¿Te ayudo? — él negó dispuesto a abrocharse él fastidioso cinturón — Bueno vámonos.
Volviste a tu posición echando un vistazo a la hora, 2:00 AM tan tarde seguro mañana llegarías retrasada al trabajo. El motor sonó, el trayecto a casa era largo así que colcaste una canción lenta.
Taehyung seguía tratando de abrocharse el cinturón bufando y maldiciendo en voz baja, te causaba gracia verlo en ese estado.
— ¿Dejarás que te ayude ahora?
— Sí — se rindió, te aproximaste a él abrochándolo — Gracias — sonrió.
— No es nada — volviste tú vista a la carretera.
— Tengo sue-ño — sentiste su mano en tu pierna acariciándola, trazando círculos imaginarios en ella — pero no quiero dormir ahora — subió su mano un poco.
— Aleja tú mano Taehyung, me distraes — suspiraste.
— No quieres que lo haga — cerró sus ojos — No me dejes-s en abstinencia jagi, no lo sop-ortaría.
— Duérmete ya.
— ¿No m-e dejarás en abstinencia? — su voz se estaba apagando.
— No, ahora duérmete — ya no dijo nada, lo observaste — pareces un bebé cuando duermes — reíste leve.
