Los mellizos Edevane reciben su carta de Hogwarts para cursar su quinto año. Toda la vida han sabido que su familia tiene un linaje de sangre pura y para ellos el tema de la magia es lo más normal. Al llegar a Hogwarts se encontraran con las reglas...
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Angeline.
Siento tristeza de ver a Harry decepcionado de que todo fuera un fracaso. Trato de encontrarle el lado positivo a todo este desastre, por lo menos logramos adquirir conocimientos y las habilidades necesarias, algo que claramente no sería posible con Umbridge.
Estoy recostada en mi habitación, Luna lee un poco una revista al revés, ya a este grado no me sorprende que haga ese tipo de cosas, según dice, es porque tiene hechizos ocultos.
Tengo a Salazar en mi vientre, sintiendo su ronroneo cuando acarició su suave pelaje, no hago más que eso y mirar el alto techo de la habitación, observando el cielo nocturno imaginario que se a pintado en esta, esas estrellas plasmadas en el techo me llevaron imaginar una escena en donde caminó bajo el manto nocturno, sintiendo la brisa acariciar mi rostro y agitando ligeramente mis cabellos, hay un hermoso puente en el lago, donde pasa una linda pareja de cisnes, y escucho el croar de las ranas, y junto a mí, esta Draco...ese maldito, albino de las nieves.
La escena se esfumó junto a mi sonrisa e inconscientemente me queje.
—¿Estas bien? — me pregunto Luna, mirando sobre su revista.
—Sí, lo siento...vino un mal recuerdo. —volví a sonreír, y Salazar se acurrucó en mi vientre.
Ese Malfoy no ha dejado de molestarme a mi y a mi hermano desde que nos descubrieron, por fortuna termine mi castigo con él, aunque eso no es impedimento para que cada vez que me encuentre me fastidie.
Me incorporé dejando a Salazar en la cama, me coloque mis botines para salir a dar una vuelta por los pasillos, estaba demasiado inquieta, no sé si por todo lo que pasa o porque mañana presentamos los T.I.M.O.S.
Antes de salir de la habitación, Cho estaba regresando de cumplir otro castigo por Umbridge, pena no sentía, solo estaba furiosa, trato como siempre de mostrar su mejor sonrisa para pedir disculpas pero solo la pase de largo. Entiendo que ella haya sido torturada, yo estuve por pasar lo mismo con Umbridge, sin embargo, no traicionaría a Harry de esa manera, y más ella...quizás lo hizo porque su cita resultó un desastre, aunque pienso que no es suficiente justificación para delatarlo, en fin, lo hizo. Y ya nada puede cambiar.
Los pasillos no estaban tan solos, pasaba uno que otro alumno con uniforme, quejándose por las marcas que la ahora directora dejaba en sus manos tras un castigo, desgraciada...
Mientras avanzaba unos sollozos se hacían más fuertes, un pequeño de primer año era el que lloraba y los gemelos Weasley trataban de consolarlo, no lo culpo, también yo tenía otras expectativas de mi primer año en Hogwarts. El pobre chillaba por el dolor de su mano, es ahí que me doy cuenta de que Umbridge no tiene corazón alguno.
