Los mellizos Edevane reciben su carta de Hogwarts para cursar su quinto año. Toda la vida han sabido que su familia tiene un linaje de sangre pura y para ellos el tema de la magia es lo más normal. Al llegar a Hogwarts se encontraran con las reglas...
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Alarick
Apenas abrí mis ojos sentí el peso de alguien sobre mi, rodeando mi cuello con sus brazos dándome besos por todo el rostro, mientras yo movía mi cara evitando algún contacto con sus labios.
—Déjalo ya, Pansy —exclamo Zabini
Me incorporé poco a poco, inmediatamente me di cuenta de que me encontraba en la enfermería junto con más estudiantes, algunos se mostraban asustados y eso solo significaba una sola cosa: ya estaban aquí.
—¿Qué sucede? — me hice el desentendido, mientras volvía a colocarme mi saco y mis zapatos.
—Atacan al colegio—mascullo Parkinson algo temerosa —Te encontramos a mitad de los pasillos, queríamos llevarte a la sala común pero todo empezó a volverse un tremendo caos.
—¿Y los demás?
—¿No escuchas Edevane? Hay mortifagos afuera —contesto Zabini— todos están escondidos, los profesores y los aurores están intentando defendernos, terminaremos muertos —bufo.
—¿A dónde vas? —Parkinson me sigue a la entrada de la enfermería — Alarick.
—Voy a buscar a mi hermana —respondí — Ustedes deben quedarse aquí.
—¿Estas loco? Hay una batalla entre mortifagos y aurores, tu querida hermana seguramente esta...
—Ni se te ocurra mencionarlo, Parkinson— fue un movimiento brusco de mi parte girarme hasta llegar a ella, vi su rostro temeroso, temblando, su insinuación me causo un escalofrío en mi espalda, sin darme cuenta tenía mi varita en alto y fue lo más cerca que nunca estaré del rostro de mi compañera tan cerca que cualquiera lo confundiría con algo íntimo, fue la primera vez que la pude ver directo a los ojos y, mostro su desilusión hacía mi — Cuida más de como hablas de una Edevane.
Conforme me alejaba de ella, podía sentir las miradas del resto sobre mí. No era momento para sentirme incomodo, ya no es momento más que de por fin cumplir con nuestra misión.
Al salir de la enfermería todo parecía calmado, sereno, casi como si nada estuviera sucediendo. Temía lo peor, mis pasos se volvían más rápidos al igual que mis palpitaciones, trate de concentrarme y entrar a la mente de mi hermana, sin embargo, no me lo permitía.
—Maldición, Angeline —renegué. — ¿Por qué no quieres que te encuentre?
Pude escuchar el disturbio no muy lejos de donde me encontraba, cruce por el jardín, brinque el arco y al pisar el suelo del pasillo alguien me sujeto con fuerza tirando de mi ropa.
—Tu hermana esta con Malfoy—Ares me pego contra el muro, se notaba molesto—¿Qué carajos hace junto a él?
—¿Qué esperas que haga? está cumpliendo su parte ¿no es eso lo que esperabas?
