🌻 Capítulo 50🌻 (Editado)

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Narrador  Omnisciente

Ha pasado una semana más desde el día de la fiesta, Esmeralda no ha vuelto a clases, pero se siente mejor gracias a Justin que a pesar de que no pueden verse, se sienten muy cerca a través de la pared.

Es una noche hermosa, las estrellas iluminan el hermoso cielo junto a la luna, Esmeralda decide salir al parque para relajarse mientras su madre no está.

Se pone unos vaqueros azules, sus botas negras hasta la rodilla, un poloche de One Direction y encima un abrigo acompañado de una bufanda negra, toma su teléfono y sale.
La noche promete ser más fría.

Esmeralda

Tenía siglos sin salir de noche a relajarme mientras veo las estrellas y la luna, en el parque hay unas cuantas personas, parejas jóvenes y algo mayores, niños jugando con sus pelotas y bicicletas. Decido alejarme un poco, me siento en el césped junto a una banca y abrazo mis pies colocando mi mentón en mi rodilla y pensar en mi padre y la familia que éramos.
Recuerdo todo aunque hace más de 10 años, mi papá era muy gracioso, nos hacía bromas a mamá y a mi, recuerdo el día qi me regaló una paloma y mi mamá la mandó a volar porque le daba pena tenerla en cerrada. Mi papá entró en una crisis de gritos y yo reía por su drama, mi mamá tenía razón en cuanto al pájaro aquel.

Después de un rato una sombra detrás de mi me pone en alerta y algo nerviosa.

-Hola Ratona -dice  una voz que me parece conocida, pero lo ignoro -Hola Ratona -vuelve a decir.

—Hola Imbécil —digo girando mi cabeza para ver el tonto que me llevó a casa en su moto el día de la fiesta.

Creo que no eres normal, primero le entregas la virginidad a un  Imbécil, luego decides enfrentarte a dos desconocidos y no aceptar mi ayuda, después no me das las gracias y ahora decides sentarte en el césped teniendo una banca justo a tu lado -dice con cierto sarcasmo.

Y yo creo que eres un entremetido ¿qué haces aquí ? -digo fijando mi vista al frente y dándole la espalda.

—El parque es de todos ¿o acaso lo compraste? -pregunta sentándose en la banca.

—No lo he comprado, pero el día que lo haga te impido la entrada -digo mirándolo fijamente.

-Buen punto -dice sentándose a mi lado.

El  silencio es profundo y largo, no se que estupidez decir para que el silencio desaparezca porque me resulta muy incómodo.

-¿Cómo te llamas? -pregunta mirando al frente.

-Esmeralda, ¿y tú? -pregunto mirando sus facciones de perfil.

—Dime Ferrand —dice sin mirarme

—De acuerdo —digo mirando al frente, me quedo callada un momento, hasta que una pregunta sin previo aviso sale de mi boca —¿Tienes padres?

Él no dice nada, se queda en silencio por unos largos segundos.

—Lo siento -digo cabizbaja —yo no tengo padres, mi padre lo asesinaron cuando tenía 5 años por mi culpa y desde ese día la hermosa mujer cariñosa, atenta y única se espumó, quedó una mujer alcohólica, ramera, odiosa, que me golpea, no me quiere y me culpa todos los días por la muerte de mi padre, dice que debí ser yo y pues no tengo madre -digo y una lágrima se escapa quedando en mi rodilla.

Ni idea de por qué me he desahogado con él, pero me siento un poco mejor.

—Lo lamento —dice sin mirarme.

Nos quedamos más de una hora hablando así toda la noche, reímos un poco. Es algo misterioso, pero no parece un mal chico o eso quiero creer.

Comemos pizza y luego me lleva a casa.

Se detiene en frente de mi casa, bajo de la moto y lo observo por unos segundos antes de hablar.

—Muchas gracias por la  compañía —digo sonriendo.

—No hay de qué ratona -dice tomando su casco.

Noto unas gotas de agua y me despido y voy hasta la casa, no puedo tener un resfriado o moriré.  Noto un carro en la parte delantera,  pero lo ignoro, ha de ser algún amante de mi mamá. No es nada nuevo.

Subo a mi habitación alegre para escribirle a  Justin. El salir a ver las estrellas el cual ya se disiparon, me hizo muy bien.

Tomo la agenda de mi mesa de noche y le quito un pedazo de papel para escribir la nota.

Hola Justin, acabo de llegar, la pasé bien en el parque, el chico que me salvó la otra vez estuvo conmigo y me trajo hasta aquí.
Prometo no dejarme engañar como la última vez.

Deslizo la nota después de dar unos golpes en el piso para que él la tomara. Me levanto para ir a la cocina por algo de tomar.

Escucho unos gemidos en la habitación de mi mamá, me acerco a poquito y escucho como una voz parecida que le dice muévete zorra, abro la puerta de un portazo y quedo petrificada con lo que veo.

A través de la pared (Próximamente En Físico)जहाँ कहानियाँ रहती हैं। अभी खोजें