🌻 Capítulo 54🌻 (Editado)

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Hoy desperté de buen humor, me he maquillado un poco y planchado el pelo, me siento hermosa y segura.

Voy a la cocina despacio para asegurarme de que mi madre no esté, hoy tengo ganas de preparar algún delicioso desayuno.

Preparo unos huevos con vegetales y un jugo de limón bien agrio.

Me siento a comer mientras observo la ventana de cristal que conduce al patio trasero.

Hoy debo ir y observar todo ahí atrás, desde que me mudé aquí no he pisado ahí.

Hoy las clases son hasta el medio día, ya que hay reunión de maestros. Mi celular vibra y observo un mensaje de Ferrand indicado que está afuera. 
Salgo de la casa y encuentro a Ferrand sobre su moto con el celular en mano, no se le ve muy alegre, aunque casi nunca lo está.

—Ah hola Ratona —dice quitando la mirada de su celular.

—Hola tonto —digo y tomo el casco para subir a la moto.

El camino fue lento porque no era tan tarde y teníamos tiempo de llegar.

Llegamos a la secundaria y todos se quedan mirándonos con asombro, y tienen sus razones, Ferrand tiene pinta de delincuente, aunque es muy guapo. 

Me bajo de la moto y me acerco Para darle las gracias, él me sonríe y me da un beso en la mejilla.

Éste sí que es tripolar, cambia de ánimos en fracción de segundos.
Todavía me preguntó, que hace a mi lado, de dónde salió, no entiendo. Pero su compañía no me desagrada.

—Pasaré por ti —dice colocándose el casco.

—De acuerdo —digo y fijo mis pasos a la secundaria —Ah, hoy salgo a las 12 -digo y él asiente.

Había olvidado decirle que me deje en la esquina, así venía caminando, me evitaba las miradas que siento sobre mi que me resultan incómodas.  A medida que voy avanzando. Me miran, susurran cosas, me señalan, pero me vale una mierda. Paso por un grupo en donde está Jared y sus amigos.

—Me gusta, Rodrigo, no pares —dice un chico con voz de chica. Todos los presentes se ríen. Respiro ondo y me regreso al grupo.

—No creo que yo haya dicho eso cuando no sentí nada, no mojé y ni siquiera me gustó, ¿acaso creen que un diminuto gusanito me haría sentir placer?  Pos no -digo, le doy una sonrisa falsa a Rodrigo y continúo.  Se que con esto me odiará mas.

La clase fue algo incómoda, pero no me dejé pisotear, una chica desayunó conmigo,  es buena persona, me invitó a su casa ésta noche. Aunque aún no es seguro que vaya.

Se terminó la clase y salgo para esperar a Ferrand. Lo veo llegar y justo a mi lado se coloca Rodrigo para decirme algo, pero Ferrand aparece justo frente a nosotros.

—Déjala Rodrigo —dice Ferrand enojado.

—¿No me digas que tu te la follas? —pregunta con sarcasmo.

—Lo que hagamos ella y yo no es asunto tuyo, ¡ahora largo! —dice tomando mi mano.

Rodrigo me topa el trasero, me suelto del agarre de Ferrand y le golpeo muy fuerte en el pecho y luego en su entrepiernas.

—Si no te basta tocar a mi madre, toca tu abuela, ¡hijo de perra! —le digo al oído mientras él se agarra las bolas.

Todos me miran sorprendidos hasta el mismo Ferrand.

—Sácame de aquí si no quieres sentir tus bolas arder —le digo y él sonríe y enciende la moto.

Creo que debe nacer una nueva Esmeralda Dicent.

Ferrand está algo enojado, casi como siempre.

Llega cerca de mi casa y me paro a su lado.

—¿Quieres pasar por una limonada? —pregunto señalando la casa a mis espaldas.

—Bueno —dice bajando de la moto.

—Pero la harás tu —digo caminando delante de él.

—Habría sido más fácil que dijeras que querías que yo te preparara una limonada.

—Habrías dicho que no eres mi niñera.

—Estoy a tiempo de decirlo —dice sonriendo.

—No lo hagas —digo rogando.

Veo sus ágiles movimientos mientras busca las cosas que va a utilizar, abre las gavetas, la nevera para sacar un jarrón con agua fría.

—¿Con qué se supone que deba exprimir los limones? —dice observándome.

—Con las manos —digo apretando los dientes.

—¡Que emoción! —rueda los ojos.

Después de cortar los limones, decide exprimirlos.

—¡Joder! —dice tomando una toalla de cocina para secar sus manos.

Me acerco corriendo y observó sus nudillos algo lastimados.

—¿Te peleaste con alguien? —pregunto mirándolo fijamente.

—No, simplemente estaba tocando las puertas de todo el vecindario para saber qué querrán para Navidad.

—Faltan 5 meses para Navidad.

—¡No sabía!—dice fingiendo asombro.

Él continúa exprimiendo los limones mientras pone cara de dolor, quiero reírme, pero se que me costará y decido mejor ir a sentarme.

Después de tomar la limonada el cual no estuvo muy buena, se marcha por una llamada misteriosa.

Observo toda la casa, se siente tan vacía, las paredes parecen blancas, cuando está pintada y con muchos adornos, la familia hace el hogar.

Subo a mi habitación para escribirle a Justin.

A través de la pared (Próximamente En Físico)Место, где живут истории. Откройте их для себя