Liot [Graylu]

Perdóname

Otro día más de sol en la ciudad y sentados en una de las mesas del gremio se encontraban un gran grupo de magos. En aquél lugar sólo se escuchaban risas, quejas y algún que otro sonido de papeles siendo arrancados de los tablones de misiones.

- ¿Cuándo haremos otra misión? — preguntaba Natsu animado — necesito patear traseros.

- Deberíamos elegir una pronto, yo necesito algo de dinero — aclaraba su amiga rubia.

- Está bien, hagamos alguna — Gray se levantaba de su asiento en dirección al tablón.

Desde la otra punta del gremio una mota azul corría a toda velocidad hacia el pelinegro, pero justo antes de acabar en sus brazos éste la separó de él.

- ¿Qué quieres, Juvia? — preguntaba mientras seguía observando las misiones sin prestarle más atención de la necesaria.

- Gray-sama no quiere abrazar a Juvia — decía la maga con lágrimas en los ojos.

- Yo no abrazo a nadie — respondía seco.

Lucy, que había estado pendiente a la conversación, como todos los demás compañeros, se paró a pensar en las últimas palabras del chico y recordó como justo ayer había hecho lo que acababa de decir que nunca haría. En ese instante Gray fue consciente de su aclaración y miró a Lucy desde la lejanía pidiéndole silencio con la mirada.

La rubia apartó la mirada rápidamente de él y miró a la pobre Juvia, que no paraba de llorar. Se preguntó una y mil veces como se debería sentir al no ser correspondida y algo se le pasó por la cabeza.

Ayudaría a Juvia para que consiguiese enamorar a Gray.

En cuanto el mago de hielo se sentó y explicó la misión a sus compañeros todo volvió a la normalidad, Gajeel y Levy se unieron a su mesa y no tardaron las burlas hacia ellos.

- ¿Cuándo vais a admitir que estáis enamorados? — preguntaba sonriente Mira mientras les servía la bebida.

- ¿Qué? No, no... eso no es verdad — aclaraba Levy sonrojada.

Sin embargo al Dragón Slayer parecía no importarle el asunto y ni si quiera hacía el esfuerzo de responder.
Lucy los observaba y no podía estar más de acuerdo con la albina, ellos se gustaban.

Lucy supo que era la hora de volver cuando Gray se quedó estático en la gran puerta del gremio, siempre se quedaba un rato allí esperando por si ella quería volver acompañada. Desde la mesa Lucy lo miró y asintió con la cabeza mientras recogía sus cosas y se despedía de Natsu y los demás.
Mientras caminaban por las calles la maga tuvo una genial idea, le haría preguntas a Gray para que así Juvia supiera sus gustos y al menos empezara por algo.

- Gray... — comenzó la rubia la conversación.

Gray la miró e hizo un sonido para que continuara hablando.

- Verás... ¿Cuál es tu comida favorita? — preguntó mientras caminaba sonriente con las manos detrás de la espalda.

- ¿A qué viene esto? — preguntó algo confuso mientras veía como su amiga se ponía nerviosa.

- Ahh, nada, nada... — sacudió rápidamente sus manos para quitarle importancia — simple curiosidad.

Gray miraba al frente pensativo.

- La tuya — confesó.

Lucy lo miró, no pudo evitar abrir levemente su boca por la sorpresa y sin saber por qué su corazón se aceleró un poco.

- Bueno no era exactamente la respuesta que buscaba pero... — antes de que pudiera seguir hablando Gray la interrumpió.

- Onigiris.