[Capítulo dedicado a GirlNerd, gracias por tus comentarios]
- ¡Oh, venga ya! ¡Solo necesito media hora! - Gritaba Christopher desde la cocina. - ¡Joder, nena!
No pude evitarlo y me caí al suelo de las carcajadas que me daba esa conversación.
- ¡Pues nada, como quieras, vete con tus amigos!
Literalmente ya estaba llorando de la risa que me producía mi primastro.
Me levanté del suelo y salí de mi dormitorio.
- ¿Qué pasa? - Pregunté fingiendo preocupación.
- ¿Ya te has cansado de descojonarte? - Preguntó de mala gana.
- No, es que ya me dolía la barriga. - Dije con una sonrisa torcida.
- Pues ya que tenemos la tarde libre, vamos a recoger la cocina. - Dijo levantándose del sofá.
- ¿Perdona, tenemos? Yo he quedado, colega.
- Me temo que vas a tener que cambiarte. - Dijo sonriendo y acercándose a la cocina.
- ¿Por qué?
- Por esto. - Dijo estampándome en la blusa un trozo de tarta de chocolate. - Eso por joderme el polvo.
Contuve la respiración de golpe.
- ¡TU PUTA MADRE CHRISTOPHER! - Grité horrorizada por el destrozo ocasionado en mi blusa. - ¡Me vas a pagar la lavandería, imbécil!
Corrí hasta mi cuarto y me puse unos pantalones cortos a rayas finas blancas y azules con una camiseta con los hombros caídos blanca.
Esta me la pagaba, juro que me la pagaba.
21:05.
Llamaron al telefonillo.
- ¿Sí?
- Buenas noches, señorita O'Donnell, hay un joven que pregunta por usted.
- Oh, gracias. Dígale que bajo.
Me acerqué a Chris.
- Vuelvo tarde, no me esperes para cenar. - Dije cogiendo mi bolso y guiñándole un ojo. - Por cierto, no me he olvidado de lo de la tarta, ve eligiendo el sabor de la tuya. - Salí del apartamento dando un portazo.
El orgullo ante todo.
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Salí del edificio y me encontré con Matt apoyado en su BMW negro.
Llevaba una camisa negra con los tres primeros botones desabrochados y unos jeans oscuros, a juego con sus Vans.
- Hola, estás... Woow.
- Gracias. - Sonreí. - Tú también.
Dos besos.
- ¿Nos vamos? - Dijo abriéndome la puerta del copiloto.
Asentí y me monté en el coche.
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- Bueno, cuéntame. - Dijo sin apartar la vista del volante. - ¿Qué ha sido de ti durante estos años?
- Pues... Al final me fui a Miami.
- Eso ya lo sé. - Me interrumpió.
- Ya. - Hice una mueca - Al principio no quería ir, ya sabes, pero me dí cuenta de que sería lo mejor.
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¿Con derecho a NO enamorarse?
Teen FictionTodos asocian el tener dinero con una vida feliz, pero las cosas no son así, o por lo menos no para Tess. Una apuesta hizo que dejara su ciudad, confundida por el amor y consumida por el despecho, decide volver. ¿El inconveniente? Tendrá que vivir c...