3 canciones y 3 cuadros

6.6K 371 59
                                    

¿Y yo como iba a pagar esto si estoy en paro?- Me pregunté a mi misma, viendo el plato que nos había servido el camarero.

-N-nat yo no puedo pagar todo esto... -La miré asustada.

-No te preocupes, nos hacemos un sympa. -Comentó agarrando los cubiertos.

-¿Qué? -Me levanté asombrada de mi lugar.

-Jajaja, es broma.

-Ah vale... -Acompañé nerviosa su risa mietras volvía a mi asiento.

-Ya pago yo. -Se llevo un trozo de aquellas tortitas a la boca para luego poner cara de gusto.

-¿Qué? Nonono, no hace falta, saco el dinero de debajo de las piedras si hace falta pero no es...

-Calla. De verdad, invito yo

-Bueno vale... Muchísimas gracias. -Sonreí- Pero otro día pago yo. -Agarré los cubiertos y me degusté con el sabor de aquel plato.

-¿Te gusta? -Preguntó con la cabeza gacha, los ojos mirando hacia mí y relamiéndose los labios.

Joder.

Asentí y seguí comiendo.

Natalia observaba divertida como me manchaba con cada trozo.

-Ven aquí, pareces un bebé. -Rió y se acercó a mi con un papel, para luego restregarlo sobre cada zona en la que tenía manchada.

Cuando terminó se quedó mirándome hasta que me dio un beso en la frente.

Mierda.
Mierda.
Mierda.
Me estaba poniendo roja, sentía mis mejillas arder y Nat se había dado cuenta reflejado en su risa junto expresiones del tipo "Que mona"

-¿Te pongo nerviosa? -Habló Natalia acercándose más a mi, con una divertia sonrisa dibujada en su cara.

Me pones, y nerviosa también.

-¿Que? No... Es que aquí hace... calor.

-Si, claro. -Volvió a su sitio para seguir comiendo.

-Oye Nat... -Mi voz tembló y la nombrada levantó la cabeza- ¿Somos amigas?

A lapelinegra se le formó una media sonrisa burlona en la cara para luego asentir.

-Claro, ¿Por qué lo preguntas?

-Nada, tonterías... -Hice una pausa esperando que Natalia pasara del tema, pero siguió mirándome- Por que dudaste al decírselo a Sergio.

Se atragantó con el único trozo que le quedaba en aquel plato.

-P-por que t-tal vez yo para ti no era nada... -Comenzó a toser.

Me mordí el labio y negué con la cabeza.

-Tonta, ¿Como voy pensar eso? Me has ayudado muchísimo desde que nos conocimos, hace más de un año.

Natalia asintió bebiendo del zumo que tenía a su lado y comenzó a respirar con más tranquilidad.

-Joder, casi me ahogo.

Reí.

-Si, perdón... -Se aclaró una vez más la garganta- Te parecera raro pero cada noche que vuelvo de casa de hablar contigo en... nuestro banco, escribo unas 3 canciones por hora.

-Yo pinto unos 3 cuadros.

-¿Soy tu musa?

Comencé a ponerme nerviosa de nuevo y no conseguía articular ninguna palabra por lo que solo asentí con la cabeza.

-Guay, vamos.

Natalia se levantó de su asiento e imité su acción para luego salir del café no sin antes despedirme de Sergio.

La de Pamplona me esperaba ya con su gorro puesto en la entrada y con una media sonrisa en su rostro.

-Bueno, yo vivo en aquel piso de allí. -Señaló un edificio blanco de unos 8 pisos- Me tengo que ir yendo que me estará esperando Miki para cenar... Pero puedes venir si quieres.

Sonreí.

-No, no quiero dar mas molestias, a parte me esperan en casa. -Recordé a mi padre, debería estar cabreado por no estar antes de las 22:00 allí.

Joder que rápido pasa el tiempo con Natalia.

Y si, seguía viviendo con mi padre, solo si no quería morir de hambre.

-Bueno... Pues, ¿Hasta dentro de unas horas? -Torció su cabeza esperando la respuesta.

-Siempre.

En este banco || AlbaliaWhere stories live. Discover now