En este banco || Albalia

1045

Narra Alba.

-Salida del vuelo 1045 en cinco minutos. Señores pasajeros embarquen por la puerta A42.

Miré una última vez a mi cartera con asco; dándome cuenta de que me había quedado sin nada.

Natalia ya debería de estar buscándome, y si ha leído la carta, con mucha suerte se habrá dado cuenta de que yo no quería decir aquello.
Pero que era necesario para que se aleje de mi. Por que soy una puta bomba; y estaba arrasando con ella.

Inhalé una última vez el aire de Barcelona para sumergirme en el avión que me llevaría a Elche con los ojos llorosos.

Una vez pasados todos los trámites que me dejarían volar hacía allí observé el incómodo y apretado asiento donde tendría que pasar las próximas 2 horas.

-Genial... -Murmuré con ironía al ver que me había tocado el sitio del medio, con una niña de unos 3 años pegada a la ventana y a una señora mayor a mi derecha.

La niña lloraría todo el viaje y la señora tendría que ir al baño cada tres minutos, me lo venía venir.

-Hola chica rubia. -Habló enérgica la cría observando mi cabello.

-Hola niña pelirroja. -Le respondí intentando no amargarle.

La nombrada era guapísima. Nunca había visto a ninguna niña tan guapa.
Tenía el cabello pelirrojo hasta la cintura de largo, pecas por su cara y unos grandes ojos negros.

Pero no quería hablar con nadie; solo con Natalia.
Pero a ella posiblemente no la vea en un tiempo... Solo hasta que todo se calme

O igual también me olvida y nunca más me querrá ver.

Era obvio que no quería irme, pero lo hacía por ella; para que no sufirera más.
Todo lo que hacía tenía repercusión en ella.

Volvería para después de Navidades, o para el cumple de Natalia. Con suerte Mikel así se olvidaría de nosotras.

Mi madre siempre le dijo a mi padre que con tiempo todo se arreglaba, y eso era justamente lo que necesitaba.

Tiempo.

-¿Y tú a qué vas a Elche? -Cuestionó la niña dibujando en un papel.

Bueno, tal vez un poco de conversación con alguien no me vendría tan mal.

-A escapar de mis problemas... Y a visitar a una vieja amiga. -Miré sus pecas con una media sonrisa.

La niña torció la cabeza.

-¿Qué problemas?

Suspiré con pesadez.

Odiaba los adultos que mentían a los niños, y yo no me quería convertir en uno de ellos.

-El ex de mi... novia, y mi padre, nos persiguen. -Resumí.

<<Mi novia>> , que bien sonaba joder.

-¿Y por qué no les denunciais? -Habló la pelirroja como si fuera un adulto.

A mi padre le había denunciado. Justo antes de irme.
Pero a Mikel no, me daba más miedo.

-Es difícil... Es un chico muy malo y nos podría hacer cosas malas.

La niña asintió, comprendiendo todo lo que decía.

-Yo voy a visitar a mis mamis, me quieren mucho, me estarán esperando en el aeropuerto... Vine a Barcelona a visitar a mi abuelo. -Siguió dibujando mientras hablaba.

¿Mamis? Claro, sería adoptada.

En el borde de la hoja en la que pasaba sus colores se encontraba un nombre; Aina.