17:00

5.4K 322 51
                                    

Reí amargamente.

-No me esperaba esto de ti, Julia. Con estas cosas no se bromea.

-¿Bromear de qué? Alba, te estoy diciendo que Marina está viva.

No sabía si llorar, reír, alegrarme o tirarme del puente más cercano.

Las palabras <<Marina está viva>> se repetían en mi cabeza una y otra vez mientras Julia hablaba de algo que ni conseguía oir.

Parecía que no podía vivir una vida tranquila.

-E-so es imposible... M-murió hace más de un año, por la moto.

Julia negó con la cabeza mientras se le escapaba una sonrisa.

-No cariño, tuvo el accidente pero no murió... Se recuperó hace unos dos meses.

No quería aceptarlo; no ahora que más o menos lo había superado.
No quería llorar más por ella.
Y tampoco quería hacerme falsas ilusiones.

-Donde. ¿Dónde la viste? -Agité su cuerpo nerviosa.

Mi sistema nervioso comenzó a alterarse ante la posibilidad de que ella, mi hermana, siguiese entre nosotras.

Y podía ser verdad. No vi su cuerpo en su funeral, ni en el hospital, mi padre podría haber fingido todo.

-L-la vi e camino a su piso y hablamos un rato. Lo comparte con 5 personas más... Alba, tranquilízate, estás muy nerviosa.

Y lo estaba; al borde del paro cardiaco.

Negué con la cabeza sin poder creerme aquel milagro y empecé a reírme.

Cualquiera que me viera en esa situación pensaría que estaba loca. Y razón no les faltaba.

Marina estaba viva; y estaba loca por dar con ella.

(...)

Narra Natalia.

Un puto desastre. Todo; yo, mi vida, yo de nuevo, mi casa, mi trabajo, mi corazón...

No sabía vivir sin Alba. Y ya habían pasado dos semanas, un dia y 12 horas.

Contaba cada segundo sin Alba como si mi vida dependiese de ello.

El tiempo pasaba y yo me quedaba atrás; estancada. Incluso llegué a pensar en volver a drogarme, pero Miki me frenaba cada vez que salía a la calle.

Me sentía culpable por ello; Otra vez estaba en el hoyo, y de alguna manera estaba metiendo a Miki también.

Parecía idiota.

Me lo decía mi padre a diario;
El amor duele.

Y sin embargo, lo vivía a diario. Lo vivimos.

Somos jodidos masocas en un mundo de amoríos.

Todos hemos llorado por alguien que no lo merecía. Yo no sabía si Alba lo merecía; pero seguía tirando océanos de mis ojos entre el oleaje de mis sábanas.

Me acuerdo cuando era pequeña; Me prometí nunca llorar por una novia o un novio... Y obviamente rompí la promesa.

Veía a la gente llorar y sufrir por alguien que no le quería y no lo entendía; Años después me metía cocaína por un imbécil.

Y veía a mi hermano días antes de morir sonriendo.

David tuvo cáncer. Pero lo tengo más que superado; 10 años son suficientes para pasar y escribir otra página.

Parece imposible que alguien sea tan idiota como para meterse en una operación suicida como es el amor.

Pero te das cuenta de que todo el suicidio anterior no importa cuando ella te llama Amor.

En este banco || AlbaliaWhere stories live. Discover now