2 metros

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Narra Natalia

Aina abrió la puerta dejando ver dos camillas donde reposaban sus madres y un enfermero controlándoles el pulso.

-H-hola... -Habló el chico.

Era guapo, no muy alto. Tenía el pelo castaño claro y los ojos de su mismo color y con cada cosa que hacía tenía una constante sonrisa blanca en su rostro.

Aina movió las ruedas de su silla y se acercó primero a Natalia.

Miró su rostro pálido tapado por una mascarilla y con varios moratones, se fijó en la típica ropa de hospital y puso una mueca de desagrado.

-Ma... ma...Despierta, ya estoy aquí. -Movió su cuerpo con toda la fuerza disponible e hizo lo mismo con Alba segundos después de no recibir ninguna respuesta.

Entrelazó sus dedos con los de su madre y al ver que no respondía nos miró preocupada.

Su mirada ahora era opaca, ya ni el brillo de las lágrimas tenían.

Se movió rápidamente hasta estar entre las dos camillas, y cogió el brazo de la peliazul; lo levantó y lo dejó caer varias veces viendo como caía sin ser frenado.

Se levantó todo lo que podía y acercó su cabeza a su pecho.

-Pum. Pum. Pum. Pum. -Comenzó a decir junto a el corazón de su madre.

Frunció el ceño y negó con la cabeza.

-Venga ma... Ya está bien la broma... -Sonrió.

Pero no era una broma.

Su rostro padileció de un segundo a otro.

-¿Mamá?... -Su pequeña voz se rompió en un hilo antes de comenzar a llorar descontroladamente.

Las lágrimas caían por todo su rostro haciendo ríos en ella.

Soltaba llantos incontrolables de dolor mientras murmuraba cosas inaudibles, sacudía, movía, y tocaba el cuerpo dormido de sus madres pero no pasaba nada.

Me tapé la boca con la mano al ver la situación y apreté con más fuerza la mano de Alba.

El enfermero se acercó a ella e intentó que se calmara sin resultado alguno.

-¿Por qué no despiertan? -Preguntó la rubia nerviosa.

Me volví a fijar en él y en su uniforme; Carlos -Reposaba en una placa sobre su camiseta.

-Mejos hablamos fuera...En otro lugar, donde la niña no oiga. ¿Sois familiares? -Preguntó Carlos.

-N-no, pero somos amigas de ellas y nos dejó a Aina...

-Vale, vamos. -Sonrió amable.

Salimos de la habitación con el enfermero dejando a Aina dentro y comenzamos a hablar delante de la puerta.

-Lo siento muchísimo, pero no se van a despertar. No sienten nada, no tienen dolor... Están como en un limbo.

Asentimos con la cabeza intentando no derramar alguna lágrima.

-Pero para que no "sufran", aun que no sientan dolor. Podemos sacrificarlas... Es lo mejor para todos, podrán descansar en paz. -Siguió comentando.

Me mordí el labio y apreté aún más la mano de Alba.

Carlos nos miró con las cejas levantadas esperando una respuesta.

Yo no podía hablar y eso Alba lo sabía; Así que fue ella la que dijo el si.

Un sí a que Aina se quede sin familia.
Pero un sí a que no sufran, al fin y al cabo.

-Bien...Mañana ya no estarán aquí, es la decisión más sabia.  -Dicho esto nos dio un toque en el hombro y se fue.

Miré a Alba negando con la cabeza y me abrazó.

Acarició con sus manos cada rincón de mi espalda hasta que frenó en la nuca y la comenzó a acariciar.

-No van a sufrir cari... -Murmuró.

Pero Aina si. Se había quedado sin una familia.

Nos separamos y nos quedamos mirando con los ojos llorosos frente a frente.

Junte mis labios con los suyos en medio de un llanto.

Sabían a lágrimas.

Nos quedamos así unos segundos para luego volver a abrazarnos.

Abrí los ojos en medio de nuestro contacto y vi al final del pasillo a un adolescente con un pañuelo sobre su cabeza mirando la escena con una sonrisa.

Le sonreí y se metió de nuevo en su habitación.

-Vamos con la peque... -Hablé.

Alba abrió la puerta.

Aina se encontraba sentada en el suelo, sin su silla.

No sabía como se había bajado de ella, pero ahí estaba.

Miraba el techo negando con la cabeza para luego mover su mirada hacia la nuestra.

En ese momento me di cuenta de que lo había oído todo, y de que no estaba triste, si no furiosa.

Sus ojos no reflejaban tristeza a pesar de estar rojos.

Se podían ver pequeñas llamas de ira en ellos, nos miraba y cada pequeño átomo de ella se metía dentro de nosotras.

-A-ai... -Murmuré.

-Cállate. Vais a matar a mi familia. OS ODIO. -Interrumpió la pequeña rompiéndose en pedazos.

El mundo se me vino abajo al oír su delicada voz llena de furia pronunciar aquellas palabras.

Tenía una mano apretando su pecho con dolor y con la otra se quitaba como podía las lágrimas.

-Aina, no van a despertar. No podíamos hacer nada. -Habló Alba mientras se acercaba muy poco a poco a ella.

-¡SI PODÍAIS! Y ahora las vais a matar. -Gritó levantando la cabeza, pues estaba a una altura mucho más baja que nosotras.

Nos quedamos en silencio oyendo como único ruido los pitidos de las máquinas de las afectadas y la respiración agitada de Aina.

-¿Y AHORA YO QUE HAGO SIN MIS MADRES? NO QUIERO IR A UN PUTO ORFANATO, NO TENGO MÁS FAMILIA, SOLO ELLAS SABÍAN QUE EXISTÍA. SOIS MALAS, IDIOTAS.

Tenía ganas de soltar un "Esa boca niña", pero las palabras me saldrían ahogadas y se taparían con los gritos y llantos de la pelirroja.

La seguíamos escuchando atentamente, como si ella fuera la adulta echando la bronca a dos niñas pequeñas.

-Aina... No tenemos la culpa, pasó y ya, y si no hubieras venido con nosotras ahora estarías tu también así. -Siguió acercándose Alba con mucha delicadeza.

Ya se encontraba a unos 2 metros de ella.

-PUES PREFERÍA MORIRME A VIVIR SIN ELLAS.

Finalmente sin que la niña se diera cuenta, tenía a la de Elche delante, obligándole a abrazarle para que se tranquilizase.

Aina forcejeó unos segundos gritando "Suéltame" hasta que se dio por vencida y comenzó a llorar en el hombro de Alba.

Se secaba las lágrimas en la camiseta de la rubia.

Sus ojos los mantenía muy apretados, como deseando que al abrirlos todo fuera una simple pesadilla.

Yo miraba la escena atentamente intentando no llorar.

Finalmente me acerqué a ellas y me sumé a el abrazo.

Y ahí nos quedamos las tres durante varias horas, abrazadas en el suelo y consolando a Aina.

FIN

Utimo capítulo :(
















MENTIRA ahre

pero creo que será penúltimo :(

En este banco || AlbaliaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora