Capítulo 18: Argumentos

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– ¿Cómo lo supiste? – agregué un tanto molesta.

Un día lo vi en un restaurante, pero él no se dio cuenta.

– ¿Por qué no me lo dijiste cuando te lo pregunté?

– Porque no sabía si ibas a creerme, no quería parecer intrigante.

– ¿Qué clase de excusa es esa? – dije exasperada – yo pensando que no querías que me tocara porque estabas celoso y resulta que sólo era porque sabías que se estaba acostando con otra.

– Por supuesto que estaba celoso y mucho más sabiendo lo que él te ocultaba.

– ¿Mira quién habla de ocultar cosas?, primero lo del coche y ahora esto, ¿cómo me pides que confié en ti si haces cosas que no son para ganarse mi confianza?, ¿en qué más me has mentido?, aparte de esto y de decirme que te irías a un viaje de negocios cuando en realidad te fuiste a descansar a Las Vegas, ¿en serio Leila es sólo tu amiga?, ¿o es igual de buena para mentir que tú?, ¿qué clase de relación retorcida mantienen?

– ¿Cómo puedes decirme eso Anastasia?, por supuesto que Leila sólo es mi amiga y si no nos crees pregúntale a Mia.

Ahora el ofendido eres tú, ¿no?, ya parece que tu hermana va a saber lo que en realidad hay entre nosotros, ¡por favor!

Es que estás llevando esto al extremo, ¿vale?, sí te oculte lo de Jack, porque sé el cariño que le tienes y no quería lastimarte, Ana, tuve más de una ocasión para gritártelo, estuve a punto de hacerlo cuando los vi en la cocina besándose, pero a pesar de mi rabia y de mis celos no iba a ser yo quien te quitara la venda, no iba a tener un enfrentamiento con él frente a ti porque sabía que te dolería, no iba a ponerte entre la espada y la pared, no soy así Ana , estaba seguro que algún día te enterarías.

– Que sobreprotector resultaste – exclamé cruzándome de brazos.

Pues sí, así soy y si te engañé en lo del coche fue para estar más tiempo contigo a solas, sin que ellos estuvieran cerca y lo del viaje de negocios no fue del todo mentira, si fui a Las Vegas fue porque sabía que irías con Jack, quería tenerte cerca y quería ver cómo era tu relación con él.

– ¿O sea que todo lo hiciste premeditado?, eres increíble y yo soy una tonta por seguir con esto – dije molesta y cerré la ventanita y la sesión del Messenger.

Me llevé las manos a la cara, ¿qué clase de hombre era en realidad Christian Grey y qué era lo que verdaderamente quería de mí?, yo enamorada de él como tonta y él con sus jueguitos estúpidos. En eso, sonó mi móvil y vi que era número restringido, no quise discutir más con él y lo apagué, necesitaba pensar y analizar lo que iba a hacer, confiar en él, que fácil se dice, ¿cómo iba a hacerlo con esas actitudes?

Al otro día que llegué a la oficina tenía una página completa de mails de él, en el asunto decían perdóname y léelo por favor, pero no quise hacerlo, no estaba dispuesta a iniciar una relación a base de mentiras, si con Jack todo había empezado bien y como había terminado, ¿qué podría esperar de una relación que desde el principio había mentiras y engaños? No quise pensar en el asunto y me concentré al máximo en el trabajo, tenía miles de cosas que hacer y apenas iban a iniciar la búsqueda de la persona que reemplazaría a Kate.

Al día siguiente seguía igual, metida en el trabajo, ni siquiera salí a almorzar, lo bueno es que ya habían entrevistado a una chica, ojalá la contrataran. Estaba concentrada en el ordenador haciéndole cambios a un logotipo cuando tocaron mi puerta, al darme la vuelta vi que había un enorme oso de peluche blanco con una carta entre sus brazos, me levanté de la silla curiosa, el sobre decía, "Léeme por favor", una sonrisa escapó de mis labios, tomé el sobre y lo abrí.

Ardiente TentaciónWhere stories live. Discover now