Capítulo 21: Epílogo Primera parte

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Eran 11:55 de la noche, estaba sentada en el banquillo pegado a la ventana viendo caer la lluvia, no podía evitar recordar aquella tarde que Christian y yo danzamos debajo de ella, él ahora no estaba conmigo, tenía una semana en Londres supervisando los últimos detalles para la inauguración del nuevo hotel. Este departamento no es lo mismo sin él, sin nuestros juegos, nuestras pláticas o simplemente estando abrazados sin decir nada, mi corazón se oprime al pensar que estuve a punto de perderlo por mis inseguridades, afortunadamente todo se resolvió y ahora somos los más felices.

Estos meses a su lado han sido maravillosos, a veces tenemos nuestras diferencias y discutimos, no todo es miel sobre hojuelas, pero siempre las reconciliaciones son lo mejor, no podemos estar mucho tiempo enojados, hemos aprendido lo que le molesta al uno del otro y tratamos de evitarlo, aunque claro, no hay parejas perfectas.

Han pasado varios acontecimientos en estos meses, Leila y Jack ya son novios, los dos están muy enamorados y eso me da mucho gusto, como también el haber podido conservar la amistad de él, ya hasta me ha hablado de sus planes de boda con ella, sin duda ha crecido como ser humano. Finalmente, Christian ha aprendido a sobre llevarlo, sigue sin ser su persona favorita, pero al menos podemos salir los cuatro y se siente un ambiente agradable, se ha dado cuenta que su amor por Leila es auténtico y que ella es sumamente feliz a su lado. Ella y yo nos hemos convertido en grandes amigas y salimos juntas de compras o a tomar café.

Mi queridísimo cuñado Elliot ya es papá de dos hermosos gemelos, una niña que llamaron simplemente Ava y un niño que lleva por nombre Carrick, así que Angela se alejó del modelaje para dedicarse a ellos, jamás imaginé que tomara esa decisión, pero ella misma me dijo que lo que más había anhelado en el mundo era ser madre y ahora que al fin se había cumplido ese sueño, lo sería de tiempo completo.

El sonido del celular me sacó de mis pensamientos, miré el reloj y justo era medianoche, ¿quién podría llamarme a esa hora?, sonreí feliz al darme cuenta que era Christian, pero, ¿qué hacía despierto tan temprano?, en Londres eran las cinco de la mañana.

Hola mi amor – respondí sonriente.

– ¡Feliz cumpleaños corazón! No pensaste que se me olvidaría, ¿verdad?

– No, pero tampoco esperaba que me felicitarás tan temprano.

– Quería ser el primero, te amo y te deseo lo mejor del mundo.

– Ya lo tengo, justo hace un año lo encontré.

– Ah, ¿sí? – preguntó fingiendo una voz de sorprendido.

Sí, fue el mejor regalo de cumpleaños que había recibido hasta ese momento.

– Uy, creo que tengo problemas entonces, para superarlo.

– No tienes nada que superar, el que estés conmigo es más que suficiente, aunque ahorita te encuentres en Londres.

– Sabes muy bien que a mi regreso festejaremos en grande, así que ve tomando vitaminas, mi vida.

– Claro, es lo que hago desde que me diste tu tip.

– Tengo que colgar cariño, feliz cumpleaños y te veo después, recuerda que te amo.

– Gracias por la felicitación, yo también te amo y mucho, te mando miles de besos.

– Yo te mando millones.

Me dormí abrazada a Tony, el oso que me regaló, era lo que siempre hacía cuando Christian no estaba conmigo, de esa manera lo sentía junto a mí. Me levanté después que sonó el despertador y me metí al baño me miré al espejo después de terminar de bañarme, quité el vapor con la mano y sonreí ante mi reflejo, mi vida había cambiado significativamente el último año, tenía un hombre maravilloso a mi lado, prácticamente vivíamos juntos, me habían promovido en mi trabajo y estaba estudiando una maestría, me quedaba poco tiempo libre y lo disfrutaba al máximo con Christian, aunque al parecer mi mala suerte no había terminado del todo porque este cumpleaños volvería a pasarlo sola, quizá llamaría a Hanna para que cenáramos juntas.

Ardiente TentaciónWhere stories live. Discover now