Capitulo 2

236 19 77
                                    

Nada más interesante que esos ojos que me han mantenido embobada desde que comencé a hablar con él, no sé cómo sentirme, siento que somos similares pero...

—Bueno como te decía, mañana tendremos una prueba estudia, linda. –antes de irse me guiño un ojo haciéndome suspirar, mi sonrisa se mantuvo en todo momento.

¿A dónde tenía que ir?

Ya se me olvido, ¡Oh vamos!

Comencé a caminar por los pasillos guiándome de nuevo con el papel que supuestamente tenían el número del salón, más lo que me tocaba, bueno por lo menos me tocaba literatura.

Apenas entre al salón después de unos diez minutos perdida, lo primero que note fue un rubio.

Bonito pero no es mi tipo, hmm, ni en sueños.

—Señorita Fernández, un gusto conocerla, por favor siéntese al lado del señor Parker.

¿Eh?

Me encogí de hombros mentalmente mirando al profesor en busca de una explicación acerca de quién era Parker.

—El señor Parker está sentado su derecha. –asentí despacio volviendo a mirar a donde me había dicho además de que iba caminando, me quede petrificada viendo los ojos del rubio, fue raro.

Me senté al lado de un chico pelirrojo quien ni se molestó en mirarme, cosa que no me intereso.

—Bien sigamos con la lección que teníamos ayer, y señor Parker le pido que no empiece con sus payasadas. –exigió el profesor dándole una mirada seria al chico de mi lado este se rió y asintió, estaba divertido.

Volví mi mirada a la pizarra, y de resto todo lo que había escuchado fue blah blah, aunque fuera mi clase favorita, no pude prestar atención, era como si sintiera su mirada fija, el rubio me estaba viendo.

Apenas sonó la campana salí huyendo de ahí, quise hablarle pero no pude.

Tontos nervios.

Me sentí rara y jamás me había sucedido algo similar a lo que acababa de pasar, era sumamente extraño para mi pasar por un tipo momento de película.

En estos momentos me preguntaba sí la película que le encantaba a mi hermano pequeño y a mi también, tuviera razón en que existía algo llamado "clic".

Hotel Transilvania.

Tendría que dejar de ver películas animadas o probablemente terminaría esperando que los peluches se levantaran y tuvieran vida propia como toy story.

El sonido del timbre me hizo salir de mi mundo de pensamientos, casi termino en el suelo ya que me había chocado con algo, mejor dicho alguien.

Mi arepita casi termina aplastada por completo.

—¡Agnes!, Que gusto verte de nuevo. —escuchó una voz masculina la cual suena muy alegre.

Oh... mi...William.

—¡William!, hey que gusto sí. —una pequeña risa se escapa de mis labios notando que él me da una sonrisa.

—¿Qué clase tienes ahora? —me mira curioso, busco el papelito de mi horario en mi bolsillo, y cuando lo abro lo primero que hago es ubicarme en la hora y ver de nuevo el bloque.

—Me toca... hmm esto dice, oooh el lunch, el almuerzo. —me encojo de hombros y él asiente riendo negando. —no es clase como tal, pero ajá.

—Tienes que acostumbrarte a decirle lunch, venezolana. —ríe más y después posa su mano en mi hombro.—venga, vamos a comer, yo tengo libre pero te acompañaré a comer.

La VenezolanaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora