Capítulo 7

117 7 9
                                    

Malaya, mirá que tenéis que venir ahorita porqué nawara lo que me pasó. —el acento medio maracucho de Agnes me hizo reír, deje de mirar a nadie en general en el centro comercial mientras guardaba mi tarjeta.

—Nada de nada, estoy comprando cosas aquí, vea pues. —bromeé viendo una tienda de bikinis, tenía que entrar ahí. —¿Qué te paso?

—Él, y-yo no le dije que sí y ahg.

—Gallagher. —reí sabiendo de quién hablaba. —¿Te gusta?

—William me pidió que te dijera para que me acompañaras a un lugar de por aquí. —me atraganté con mi bebida y empecé a toser llamando la atención de una señora que pasaba la cual me miró preocupada, le aseguré que estaba bien cuando me preguntó y se fue.

—¿Qué hizo... what? —escuche la risa de la venezolana haciendo que rodara los ojos.

—Lo que escuchaste, mensa.

—Wow, espera An, acabo de ver algo... —murmuré abriendo los ojos como platos. —vale, me creerías sí te cuento que en estos momentos estoy viendo que una chica le tira el batido a Gallagher.

Escuche la carcajada de mi amiga mientras yo reía.

—Grábalo, ahora grabaaaaaa.

Colgué la llamada y empecé a grabar la escena, el rubio estaba indignado porque ahora tenía batido por todos lados mientras, ¿Parker?, vale Parker estaba palmeando su hombro con cara de decepción y burla.

Me reí negando, esto era de película.

Sentí una mano en mi hombro y casi me caí por el susto, cuando me giré vi a William.

—¿Tú otra vez?

—Sabías que grabar a las personas es malo?

Guarde mi celular y me agache a recoger la bolsa que se me había caído, pero él fue más rápido y la tomo mirando dentro de esta.

—Vaya... y yo pensando que eras una santa. Diablita con esta ropa. —murmuró y le quite la bolsa entrecerrando los ojos.

—Calla. ¿Acaso no sabes que la ropa de las mujeres no se debe ver?

—¡William! —Parker se acerca sonriendo hasta dónde estamos nosotros con todo el cabello despeinado de por sí. ¿Y esté de dónde salió?

—Parker. —sonrió falsamente.

—Hola, Lil. —dejó un beso en mi mejilla provocando que yo álcese una ceja, esto es muy raro.

¿Qué se trae este imbecil entre manos?

—Hola tú, ¿por qué...

—¿Me quieres acompañar por un helado? —me miró aunque sé que él notaba la mirada de William sobre nosotros.

Por impulso, porqué, fue un impulso.

—Sí, por qué no? —sonreí de lado escuchando un carraspeo, William.

—Mátenme.

—¿Con o sin pistola?

—Con lo que sea.

—Bum, Bum. —me reí por la imitación provocando que rodara los ojos, William se veía muy molesto.

—Lo siento, pero ella va conmigo. Tenemos un proyecto que term...

—En realidad ya yo lo terminé. —me adelanté guiñándole un ojo y luego miré a Parker.— ¿Vamos?

Este último asintió y me sonrió ofreciéndome su mano, la tomé y me despedí del pelinegro con una sonrisa ladina.

No iba a caer por una sonrisa y unos ojos color caramelo.

Me guío hasta una heladería y cuando estábamos pidiendo los helado se giró hacía mí pensativo.

—La venezolana, esa chica está volviendo loco a mi mejor amigo, ¿sabías?

Reí rodando los ojos, tome mi helado pero me fue inevitable no alzar una ceja, por un momento me había parecido a verle visto un avisto de picardía en las palabras que soltó.

—Me invitaste a comer un helado para formar un plan de cupido o no dejarlos acercarse? —pregunté divertida y luego me quejé cuando él pagó mi helado.

—Sólo quería hablar un rato, ya sabes. Cosas normales, teníamos mucho tiempo sin conversar; aunque ahora que lo sugieres no estaría mal.

Reí de nuevo casi ahogándome por la cucharada de helado que había metido en mi boca y me recogí el cabello en un moño volviendo a reírme de nuevo.

—¿La opción de unirlos? —murmuré después de que se me pasará el ataque de tos el cual él me ayudó a pasar con un vaso de agua, que había pedido justo cuando le dieron el helado.

—¿Mejor? —asentí y él procedió a hablar.— bien, pues exactamente no, pero ambos sabemos que esos dos van a terminar odiándose u amándose. Por otro lado también quería fastidiar a William. —asegura con una sonrisa triunfante.— es bueno volver a fastidiarte los ligues.

—No seas imbecil, lo hiciste a propósito? —me aguanto la risa lanzándole una servilleta que claramente nunca le dio en la cara porqué estaba limpia.

—Sip. —asiente muchas veces y luego mira por el ventanal.— míralo ahora, pero disimula, niña del exorcista. —lo miro seria y asiento encogiéndome de hombros por la curiosidad.

Miro por ella ventana notando cómo le hablaba a una chica y miraba hacía dónde estábamos, por otro impulso miré a Parker.

—Bésame. —dije firme.

—¡Eh!, primero invítame a una cita. —bromea riendo y luego niego con desespero.

Por impulso de nuevo.

—Parker, bésame. —vuelvo a repetir sin gracia y firme.

—¿Estás loca? —abre los ojos confundido y niego, le hago una seña.

—Sólo hazlo.

—No.

—Lo haré yo. —antes que hable de nuevo ya he estampado mis labios contra los suyos, él no me sigue el beso al principio pero después lo hace y entonces sólo sé que más de casi cinco minutos después nos separamos.

—Vaya. —relame sus labios mirándome fijamente y luego toma mi mano.— sí vas a ponerlo celoso primero bésalo así y déjalo deseando más como lo hiciste conmigo. —murmura con voz ronca.— luego bésame de nuevo.

Me sonrojo un poco y sonreí mirando a otro lado rodando los ojos.

—Torpe.

—Al que besaste y también hiciste que tenga una er...

—¡Parker! —chillo viéndolo antes que termine de hablar riendo a carcajadas.— un sólo beso y ya pierdes los estribos?

—Las latinas provocan eso en mí. —me guiña un ojo y ruedo los ojos, vaya se me van a torcer de tanto que los ruedo.

—Drama king. —me burlo tomando mi vaso de helado. — vamos, tienes que llegar a tu casa por una buena ducha de agua fría.

—Y que lo digas, o tal vez me vaya con uno de mis li—

—Por favor no. —le cortó antes que siga hablando riendo disgustada. — vamos, compadre. El que te haya extrañado no significa que te vuelvas loco.

Asiente riéndose y me empieza a seguir, sólo que corre al baño y luego de cinco minutos regresa ya con su problema casi completamente resuelto.

La VenezolanaWhere stories live. Discover now