1. Jaemin

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Taylor Swift - Red

El tiempo que duró el viaje me mantuve destrozándome las uñas. Solía ser bueno para relajarme durante largos trayectos, simplemente ponía alguna música suave y pensaba en algunas estupideces que olvidaría al llegar. Hoy no fue como todas esas veces. Hoy estaba Jodidamente nervioso. Mi pie seguía golpeando rítmicamente el suelo del autobús compacto y mis ojos no permanecían cerrados por más de tres minutos. No quería pensar en lo que sucedería cuando el vehículo se detuviese y la mujer que dulcemente me había ofrecido algo de beber patease mi trasero fuera del asiento.

Quizá si me hacía el dormido...

Suspiré, dibujando en el cristal empañado alguna cosa amorfa que haría hasta a un niño de primaria reírse en mi cara. Todavía me quedaba una hora y media de viaje, lo suficiente para procesar a lo que me estaba a punto de enfrentar. ¿Cuándo había sido la última vez que estuve así de ansioso? Oh, sí, fue durante el examen final de Ética y deontología, una de esas materias donde tenía que apartar la lógica e instalarme en la cabeza de hombres nacidos antes de Cristo que divagaban sobre el alma como lo hace Haechan después de "vibrar alto".

Abrí la mochila, sosteniendo la tapita de la lapicera entre mis dientes. Apoyando el talón en la rodilla, comencé a escribir en la libreta azul que llevaba a todas partes. La lista y formularios de la universidad se amontonaron en mis dedos, los dejé a un lado, buscando una hoja libre para comenzar a exponer mis tortuosos pensamientos del día de hoy. Para un estudiante de psicología era lo normal analizar todo lo que sucediese a mí alrededor, algunos podrían encontrarlo desesperante, yo mismo quería hacerme callar en algunas ocasiones, pero, al final del día, servía para aligerar la carga.

Escribí lo que se me vino en gana, con la tinta roja manchando los pliegues de mi mano al arrastrarla por la hoja.

Hoy es un día horrible. Mi más sentido pésame al yo futuro que tendrá que leer esto y mortificarse de la vergüenza. ¿A qué le tienes tanto miedo, tonto? Espero que en un par de días obtengas la respuesta, por ahora expresaré cuánto odio tener todas estas preocupaciones. No creí que una llamada del abuelo me haría entrar en pánico, pero esta es mi realidad, una horrible realidad en la que me replanteo la absurda idea de regresar, justo como siempre. A esperar la navidad cerca de la playa, como en los años anteriores. Con mamá y papá, con el abuelo maldiciendo a los idiotas que lanzan fuegos artificiales y asustan al pobre Zeus quien ya no tiene la fuerza para huir debajo de la cama. Y sigo preguntándome por qué mi corazón se movió al saber que, esta vez, tú también estarías aquí.

-Esto es estúpido- mascullé, regresando la libreta al fondo de la mochila y mis sentimientos al fondo de mi mente, lo bastante profundo para que no fuesen a derramarse en mis ojos.

No me gustaba cuando eso sucedía.

Renjun decía que me volvía fácil de leer.

Y como alguien que viviría de leer a otras personas, no quería que viesen a través de mí.

Apreté los párpados, consciente de que el tiempo pasaba lento, era una completa tortura viajar en pleno verano. Ni siquiera la visera del gorro podía escudarme de los rayos del sol que golpeaban mi rostro a través de la ventanilla. Maldije al hombre sentado un asiento por adelante. Se había adueñado de la cortina que me pertenecía y roncaba tan alto que era otra de las razones por las que no podía pegar un ojo. Además, debido a la calefacción dañada, una mancha gigantesca se había formado en mi espalda.

Que buena suerte la mía.

No era un buen comienzo.

Esperaba que tuviese un final decente.

Red - NominWhere stories live. Discover now