Capítulo 15.- Lluvia de Diciembre.

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Bakugou había sido muy osado al momento de desafiar a Momo. Ella tenía razón en desconfiar de él pero no quería que nadie más dudara de sus sentimientos, nunca más.

Sin estar satisfecha con el resultado, Momo se retiró del local a escasos minutos de que su primer trabajador llegara a su hora habitual. Iban a ser las 8 a.m.

-Gran espectáculo...- dijo con cierto tono de burla la mujer rubia que estaba a escasos metros bebiendo su café. -Así que, ¿de verdad la pretendes?

-Sólo quiero hacer las pases con ella...-le respondió en un susurro.

-Me alegra saber que si tienes un corazoncito en tu frío pecho...-parecía feliz. Comenzó a buscar un par de billetes para pagarle.

-La casa invita...-

-¡No necesito tu lástima, mocoso!-Dejó el cambio exacto de su pedido y unos cuantos billetes más en el bote de las propinas con la fotografía de su hijo. Se acercó a él y le dio un beso en la mejilla... -Deberías sonreír más.. Le aconsejó y se marchó diciendo que quizás volvería otro día.

Con la manga de su camisa, se limpió el beso de su madre; los labios de ella estaban pintados de un color rosado muy tenue, lo suficiente como para verse bien sin exagerar.

Poco pasó hasta que Rikidō llegara, junto con Jiro y estuvieron sinceramente sorprendidos de que el rubio hubiera llegado primero que ellos. La marcha de la mañana rápidamente tomó su velocidad habitual y parecía que sería un buen día para ser noviembre, a tan solo dos semanas de las vacaciones de Navidad aunque para Katsuki poco importaba eso pues estaba seguro que debería trabajar incluso días antes de Nochebuena.
Como siempre, la mañana fue muy ocupada pues los universitarios, y algunos chicos de preparatoria solían comer ahí prácticamente a toda hora y él no estaba de un muy particular buen humor por la discusión que tuvo en la mañana.
Se reconfortaba, sin embargo, con la idea de que la vería al final de su turno.

Jiro fue la primera en marcharse, como prácticamente siempre desde hacía unos días, y Rikidō fue el siguiente.

Sólo quedaba él, reposando su cabeza sobre su brazo en la barra. Tenía todo preparado para la llegada de ella. La emoción de verla otra vez lo embargaba sin estar demasiado seguro del porqué, quizás, después de todo si estaba enamorado de ella aunque no quería llegar a esa conclusión tan precipitadamente. Quería que en esta ocasión las cosas marcharan con más lentitud,

La puerta se abrió. Sin recuperar el aliento o siquiera darle la oportunidad a Bakugou de saludarla, Ochako se disculpó, con completa vergüenza.

-¡Bakugou! ¡Lo siento! ¡Lo siento mucho!- Esto extrañó al rubio, pues su tardanza no había sido tanta como para disculparse de esa forma tan exagerada.

-¿Eh? Está bien, no esperé tanto...- no era eso.

-¡No! ¡Momo! Me contó que vino y... y...-Esa expresión tan avergonzada le dio particular ternura a Bakugou y verla preocupada por esa tontería le produjo un deseo de reírse,

-¿Esta bien si lo hablamos mientras comes?-Sugirió, mientras se acercaba a ella; tomando su mochila y guiándola con delicadeza a una mesa, la misma mesa del día anterior.
Sorprendió demasiado a Ochako que hiciera aquello que, aunque no era la gran cosa, él nunca había hecho. Jamás había sido tan amable con nadie y menos con ella. Sonrió, y el rubio de nuevo de fue a la cocina, regresando poco después con la habitual orden de ella y un sándwich y un refresco para él.

-Lo lamento, traté de detenerla ayer cuando se lo comenté...-miraba triste la comida que tenía frente a ella. Bakugou sintió interés sobre el tema, pero pensó que, quizás, preguntar sobre eso la mortificaría más y no quería que Ochako pensara que había sido su culpa.

Las Diferencias Entre Tú & Yo.Where stories live. Discover now