Capítulo 12.- Conversación.

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Despertarse le resultó demasiado complicado, incluso más de lo que era habitual en él. El día era frío, pero parecía que estaría despejado.
Mal augurio, porque eso significaba quizás que pronto llovería.

Tomó el tren como todas las mañanas, de Lunes a Viernes. Cuando hubo llegado a su trabajo, diez minutos antes de que se abriera la cafetería, tropezó sin caer con los escalones de la entrada de la cafetería.
Odiaba su trabajo. Lo despreciaba de verdad y ese día no se sentía con el ánimo suficiente para sonreir como idiota; definitivamente recibiría la mitad de propina, es decir, cero dólares.

Exclamó un falso sonido de felicidad, algo parecido a un yujú susurrado y entró por la puerta principal usando su llave.
Como norma general, debería entrar por la puerta de empleados que estaba por el callejón a un lado de la cafetería pero él era demasiado importante para eso.

Sólo con entrar, se hizo merecedor de regaños y amonestaciones por parte de Jiro quien, como desquiciada, le reprochaba la ausencia del día anterior.

Bakugou le ignoró todo lo que pudo y, en base a las cuentas que su compañera habia hecho el día anterior, volvió a hacer el corte de caja para asegurarse que no faltaba dinero. Los gritos de la chica se podían oir a metros de distancia pero el rubio parecía no enterarse.

Era un Martes que parecía Lunes desde la opinión de Katsuki.

-Y por cierto...-finalizaba de reprochar la joven mesera.- la chica castaña estuvo aquí...

Al escucharla decir tales palabras, se vio tentado a preguntar con cierto entusiasmo sobre ella, pero fingió desinterés.

-¿Así...?-No le importaba, o eso parecía.

-Preguntó por ti, ¿sabes?

Por un momento, Katsuki no le respondió pues creía que sólo era una provocación de Jiro pero esta prosiguió...
-...parecía que tenía algo importante que decirte...-le decía sentada desde el otro lado de la barra.- incluso pareció desilucionada al darse cuenta que no habías venido a trabajar...

-¿Y a mi como por qué me importa...?-Seguía en su papel de chico duro.

-Te importa porque dijo que vendría hoy... ¡ah! Y esta vez sin su amigo el del cabello "loco".-Se alejó un par de metros para seguir barriendo mientras dejaba al rubio intrigado, aunque sabía fingir su nerviosismo.

Él estaba sinceramente sorprendido, pensó que después de aquella conversación tan agresiva ella y él jamás se volverían a cruzar.
Inmediatamente después, se analizó para asegurarse que estaba presentable.
Camisa planchada perfectamente, igual que su pantalón el cual era formal; agradeció vestir ese día aquel pantalón. Llevaba unas botas pero estas eran negras.
Se veía con sinceridad, bastante bien y no se contuvo en admitirlo para si mismo.

-¿Te dijo...?-preguntó.- ¿a qué hora vendría?

-Tal vez a las 4:00 pm, para ser sincera, no dio muchos datos.

Respiró con tranquilidad, esperando hacerle frente a un largo día de trabajo hasta la hora prometida, y como si Jiro fuese alguna clase de profeta y una vez esta se había ido a las 4:00 pm, repitió aquella rutina que tuvo con Rikidō Satō apenas una semana antes.

Una rebanada de pastel de tres leches y un expreso. Lo tenía preparado desde hacía unos minutos y deseaba que la castaña no tardara mucho más para que el café no se enfriara.

Él seguia en la barra, jugando con la caja registradora.

4: 57 pm. Quizás ella no vendría hoy, pensaba y al parecer era cierto aquello que Rikidō le dijo sobre la ausencia de clientes después de las 4:00 pm

Las Diferencias Entre Tú & Yo.Where stories live. Discover now