Capítulo 14.- Preludio 2.

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Tan pronto cómo fue posible, por la mañana, Katsuki fue despertado por su madre al menos 45 minutos antes de que la alarma de su nuevo teléfono sonara.

Un hábito común en las madres, supuso con cierta molestia pero sin las agallas de reclamarle o gritarle después de tan generosa prestación económica que la mujer le había hecho.
Sintió un poco de nostalgia pues recordó su vida en la primaria y el primer año de secundaria cuando su madre aún lo llevaba a la escuela, a veces en compañía de Izuku Midoriya.

Parecía tan lejanos aquellos días en los que todo le resultaba más sencillo pero también sabía que las cosas se podrían poner aún más difíciles, o al menos lo presintió mientras tomaba una ducha temprana a las 5:00 am. Debía madrugar pues el primer tren salía a las 5:46 am y deseaba tomarlo no obstante, este deseo fue negado por su madre.

-Tonterías, yo te llevaré...-le dijo mientras desayunaban.- debo ver en qué gastarás mi viaje a Rio de Janeiro.

El aroma a café indundaba el comedor y, a pesar de que debería estar cansado de ese ahora, le pareció reconfortante.

-Ya te dije que te lo devolveré tan pronto como pueda...

-Igualmente quiero ver la motocicleta. ¿De quién crees que sacaste el gusto por esas cosas?

-De papá obviamente no.-Ambos rieron. Parecían satisfechos con esa interacción tan madre-hijo que, quizás, nubca antes habían tenido.

Katsuki no se había percatado que su madre conservaba un dibujo de la calle donde vivían, que él hizo en primaria a lapiz para un concurso en el que decidió no participar.
Estaba patéticamente colocado en el comedor, donde supuso que estaba desde aquel día que le obsequió tal "desastre de 3er lugar" a su madre pero no le dijo nada.

La esperó, por veinte minutos mientras ella se arreglaba.

-¡No vas a una boda, mujer! ¡Date prisa! Kirishima me verá en la cafetería a las 7:00 am-presionó y poco después partieron.

El viaje en coche, sin embargo, fue más callado; casi incómodo aunque Mitsuki parecía feliz pues sonreía casi como si no se percatara de que lo estaba haciendo, y Katsuki estaba echo un ovillo recargado en la puerta delantera de la camioneta blanca. Hacía un poco de frío, pero no demasiado realmente.

-¿Por qué la necesidad de comprarte la motocicleta?- le interrogó de forma espontánea, más como un deber de madre que para romper el hielo.

-Creo que odio el tren.

-¿Celular nuevo?-Ignoró la respuesta, mientras veía el teléfono en las piernas de su hijo.

-Sí.

-¿Perdiste el anterior? ¿Quizás en el tren?- ¿Cómo lo sabía?

-¿¡Qué!? ¡No! ¿Qué tiene que ver una cosa con la otra?

-Nada. Sólo es una charla con tu madre. ¿Por dónde es tu trabajo?

-Está cerca de la facultad de Medicina, diez cuadras al este; a un kilómetro de la estación de trenes pero debes tomar una desviación porque el carril oesta es de un solo sentido...-No se percató, pero esa pregunta fue una trampa.

-¿Y usas condón...?

-¿¡Qué carajos!? ¿¡Por qué debería!?

-¿Quieres que te crea que un adolescente que vive solo no mete mujerzuelas a su casa? Los embarazos no son cosa para reirse...

-¡No tengo sexo!

-Bien, si no quieres hablarlo está bien pero....

-Mejor cállate, mamá...-

Las Diferencias Entre Tú & Yo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora