Un Real Desastre ||Larry||

Un Real Desastre

Y ahí estaban, ambos, acunando a sus hermosos pequeños y dulces bebés. Harry no dejaba de sonreír al verlos abrir sus ojitos casi azules.

Louis casi llora por verlos dormir tranquilamente, no se separaba de Harry y sus bebés. Arrullando mientras se mecia en un vaivén para que su pequeño se durmiera.

Y cuando se durmieron los dejaron en su cuna, dormían juntos porque al parecer odiaban ser separados y lloraban con desesperación al ser así.

Sus padres estaban embelesados con sus bebés.

—Son muy pequeños y tan hermosos, cariño — Louis abrazaba a su esposo por detrás —. Gracias amor, te amo.

Harry sonrió aún más.

—Deja de agradecerme, cielo.

El nacimiento de sus pequeños fue hermoso y doloroso, para Harry.

Preocupante y lleno de emociones confusas para Louis.

Todo comenzó hace dos meses atrás, cuando Harry cumplió los nueve meses. Recuerda que unas semanas antes su familia completa llegó a visitarlos y ellos los recibieron felizmente a todos y habría deseado tener una cámara para grabar sus expresiones de asombro.

Palacio jamás estuvo tan lleno ni tan alegre.

Una madrugada del dieciséis de mayo su majestad Harry sintió esos dolores característicos.

El día anterior sus bebés se movieron todo el día y no se calmaban con nada ni siquiera Louis pudo calmar a sus hijos por lo que Harry pasó todo el día en su cama. Sentía contracciones pequeñas pensó que eran por los movimientos de sus hijos, tal vez no era eso.

En la madrugada despertó de golpe las pocas horas que logró dormir los niños no paraban con sus movimientos. Sintió como si fuera un cuchillo atravesando su espalda y que se extendía por todo su abdomen. De la nada sintió algo viscoso entre sus piernas,  Harry tuvo que mantener la calma pero en su rostro se refleja todo el miedo y dolor; despertó, al menos intentando hacerlo, a Louis pero el no se movió ni un segundo.

La desesperación se apoderó de su cuerpo, comenzó a mover con más fuerza el cuerpo durmiente de su esposo.

—¡Louis! D-despierta ahora— nada — ¡Louis! ¡LOUIS! — una contracción hizo que lo empujara al suelo para que despierte de una vez.

Louis se despertó asustado, desorientado y molesto porque se atrevieron a despertarlo. Todo eso se vino abajo cuando vio a su esposo hacer una mueca de dolor puro, ahora él se preocupó sintiendo que se le iría el aire en cualquier segundo.

Un grito de Harry le hizo reaccionar y se comenzó a vestir, sabía lo que estaba pasando.

Los príncipes están por llegar.

No sabe como sentirse, pero no había tiempo para pensar en eso ahora, sólo quería que su esposo dejará de llorar por el dolor.

Se acercó donde estaba Harry y con cuidado de no lastimarlo lo ayudó a levantarse.

—Esta bien, amor, respira profundo—intento aliviar un poco del dolor — pronto llegaremos, sólo debemos mantener la calma.

—Lou duele— los bebés pateaban sin piedad, realmente dolía que se movieran tanto.

Louis regresó a la habitación para traer un abrigo para Harry,  literalmente corrió hacia su esposo y lo llevó a la sala especial que mandó a preparar cuando sus bebés quisieran llegar.

Los gritos de Harry despertaron a todo Palacio, las enfermeras corrieron en su auxilio y se lo llevaron adentro. No dejaron a Louis entrar. Así que besó la mejilla de su esposo le dijo cuanto lo amaba y dejó que se lo llevarán.