Extra #1

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Cuando todo comenzó.

Harry vivía cerca de un río con su familia, en la pequeña gran ciudad de Angels. Él realmente disfrutaba pasar el día explorando por el bosque, juntando ramitas, flores y regresaba a casa cubierto de fango. Y un frasco repleto de luciérnagas que guardaba tranquilamente en su pequeña mochila.

Anne, su madre, le regañaba por ensuciar el recibidor. Ella trabajaba en la panadería del pueblo junto con la señora Adam, eran grandes amigas. Se conocieron en la escuela llegando a ser buenas amigas.

Gemma, su hermana mayor, se reía al ver el estado en el que su hermano regresaba. Ella pronto se iría a la universidad en América. Harry la apoyaba porque al parecer quería viajar y ver el mundo. Sólo deseaba que fuera feliz.

No sabían nada sobre su padre. Y deseaban no saberlo porque un día simplemente tomó todas sus pertenencias y se marchó sin más. Ni siquiera una explicación o un adiós. De todas formas no lo necesitaban. Salieron adelante como una familia, un solo equipo.

Los días libres se terminan al dar las doce de la media noche del domingo. Deja de ser un alma libre y comienza su jornada entregando el correo a todos.

El gran palacio es el atractivo de la ciudad.

Cuando era más pequeño su mamá le contó la historia.

“Dicen que fue construido a finales del siglo XIV por Juan Manuel de Auzou, un hombre valiente, honorable que sólo se preocupaba por el bien de su pueblo. Reinó junto a su esposa durante mucho tiempo.

El Castillo fue edificado durante tres años con el propósito de ser refugio para los heridos, mendigos y todo el pueblo en general y protegerlos de la guerra.

Durante un siglo solamente hubo pobreza, hambre y desolación. Juan Manuel murió en los campos de batalla defendiendo sus tierras. Tuvo una muerte digna. La reina tomó el mando de todo, sin aceptar a otro hombre en su vida, y ella sacó a flote el caído reino.

Los años fueron pasando y el reino fue prosperando hasta llegar a un punto donde ya no existía la pobreza, la reina se encargó que todos tuvieran un trabajo asegurado. Y con eso todo lo demás fue mejorando. Hubo un tiempo de prosperidad para ese joven reino.

La buena reina falleció y todos guardaron luto por dos años. ¿Quién gobernaria? Los reyes anteriores no tuvieron herederos porque el rey murió demasiado joven, la reina jamás se casó de nuevo.

El caos regresó.

Personas ambiciosas que ansiaban el poder quisieron tomar posesión de la corona. La noticia se extendió por todas partes. Las personas llegaron con la idea de tener entre sus manos la corona, el poder y el control absoluto.

La desgracia regreso, una guerra civil estalló.

Por un lado estaban los que defendían la corona. Y por el otro los que deseaban el poder a toda costa.

La guerra duró una década donde hubo tragedia, dolor y desesperanza. Las madres lloraban por sus hijos, los padres rogaban por su familia.

Un día alguien dijo ya basta, en mitad de un enfrentamiento.

—No conseguimos nada destruyendonos a nosotros mismos. Y sí alguien quiere reinar debería demostrarnos que es digno de ese cargo. Yo sólo quiero ir casa, quiero a mi familia y eso no hace que sea cobarde. ¡Por todos los cielos!  Abran los ojos, miren a su alrededor. ¿Es lo que desean?  ¿Quieren seguir observando como personas inocentes mueren a causa de su ambición? ¿Desean más destrucción que ésta? —bajo su espada y la tiró al suelo —. Porque yo no. Quiero que todo vuelva a ser como antes, donde todos cantábamos y compartíamos anécdotas del pasado. O tal vez mejor.

Un Real Desastre ||Larry||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora