C20

927 77 4
                                    

Me duermo una vez regreso hasta donde estaban mis hijos y recuerdo fragmentos que se habían escapados de mi ser, todo tan único que da pena la vida que he tenido hasta ahora me levanto de mal humor con todo en mi vida.

No sé qué hay de mal en mi soy sincera, muy realista, odio que me mientan en la cara todo me da vueltas al recordar esa estúpida promesa de que al casarnos estaríamos juntos para siempre, esa mierda no existe estoy aquí y el haya con una chica que es mejor que yo en muchos aspectos y de verdad solo me queda llorar.

Ya que para él ese siempre nunca existió por lo menos para lo que alguna vez tuvimos, la vida es tan injusta no soy amada por nadie algunas veces creo que soy un monstruo, regalo amor ya que nací con esta maldición, pero puedo jurar que nunca lo sentí. Ahora creo que de verdad solo era interés de mi parte, un ignorante interés de mi parte.

Rio como una vil loca mientras camino de un lugar a otro agarrando mi cabeza, mirarlo mientras dormía con ella fue un detonante para estos sentimientos que ni siquiera trato de entender y ni siquiera quiero sentir. Llego hasta el hospital donde trabajaba todos me observan como si hubieran visto un fantasma, toco a uno que otro para seguir viendo las cosas que hacía y de verdad no me entiendo me comportaba como una simple humana.

-Tu hermano me aviso que habías aparecido - me dice una morena de cabello rojo.

-Si tuve un percance con un familiar de uno de mis pacientes -susurro tratando de recodar donde la había visto -lo usual -agrego antes de seguir mi camino hasta el área de psicología.

- Buenas doctora Phoenix, es placer tenerla sana y salva con nosotros -me dice un hombre mayor mientras arregla sus antojos.

- ¿Quien? -pregunto más que enojada porque odio la familiaridad con la que él me saluda.

-Ramieh Petrag, tu maestro y por lo que veo haz olvidado gran parte de tu corta vida, si deseas puedo revisarte la cabeza - me ofrece para comenzar a caminar y yo lo sigo.

Me acerco hasta el para poder tocar su brazo y recuerdo en vano todas las cosas que él me hacía para que fuera igual de buena que él, cuando entramos a su oficina se encarga de chequear la pequeña marca que hay en mi cabeza.

-Ya sano, pero te mandare a hacer unos análisis para descartar posibles enfermedades- me responde dejando de agarrar mi cabello.

-Tengo pedida de memoria como decirlo momentánea, al verlo pude recordarlo profesor- susurro más para mí que para el -gracias, nos veremos algún día - agrego mientras salgo de ese lugar corriendo y de pronto aparezco en otro lugar.

Un lugar que nunca he conocido, sigo corriendo mientras siento que alguien me observa giro mi rostro y me sorprendo al ver a un joven tan hermoso e único pálido y ojos azules tan profundos, esta vez vuelvo a aparecer en la playa; sigo corriendo porque otra persona me está llamando igual que Amun-Ra, llego a mi casa para volver a desaparecer y caer en la sala de la casa de mi hijo.

- ¡Auch! mierda - grito más que enojada.

- ¿Que sucede aquí? - pregunta la ama de llaves, pero al verme me ayuda a levantarme.

-Estoy bien, gracias -susurro caminado hasta el bosque que cree en esta casa.

Una vez haya me sorprendo al ver sus hojas casi marchitadas y comienzo a transformarme como era antes de lo único que me cubre son unas túnicas negras, dibujo símbolos de mi pueblo en toda mi piel para comenzar a cantar esa antigua canción.

-Todos me abandonaron y por ello los maldigo a todos nadie será feliz mientras yo viva (jamieuhum tukhaluu eaniy, wabisabib dhlk 'aleanhum jmyeana, ln yakun hunak shakhs saeid eindama 'aeish) -murmuro con lágrimas de sangre en mis ojos las cuales brotan por si sola.

Comienzo a convulsionar por mí misma hasta que caigo desmayada, al rato me levanto y observo el cielo ya oscurecido siento que tratan de invocarme.

-Te prohíbo que me llames ya que soy Bastet y deberás respetar a tu dios ('ana tamnaeuk min alaitisal bi li'anani 'ana Bastet wayajib 'an tahtarim 'iilahuk) - murmuro en mi preciado idioma de los dioses y dejo de sentir que me llama.

Trato de caminar, pero mis piernas no me dan para más y caigo de nuevo a ese frio suelo, vuelvo a cambiar de forma adoptando la misma forma que he tenido todo este rato.

Abimael

Me caigo de la cama por segunda vez en una semana, no sé porque su nombre se cuela en mis sueños, pero al estar en esta casa mis recuerdos se desvanecen para dejarme entrar algo de paz, hoy es nuestra última noche y por lo poco me que había informado su mayordomo era que ella estaba en casa de sus familiares procurando su frágil salud.

Cosa que de verdad no creo porque ella estaba perfectamente bien la última vez que la vi, pero me preocupo, salgo para buscar un vaso de agua ya que eso me ayuda a volver a dormir; estar en esta casa es un sueño ya que estas personas nos dan un gran servicio y hacen que queramos volver a alquilarla, aunque me sorprende encontrar esa oferta tan barata por esta lujosa casa.

Una vez me sirvo el vaso de agua observo como una asombra se acerca y se sirve un vaso de jugo, me restriego los ojos creyendo que es un sueño, pero está aquí, la acerco a mi lado para abrazarla.

-Mierda -escucho que murmura -me podrías soltar -chilla más que enojada.

-Llegaste que felicidad verte antes de irme de este lugar - susurro antes de besar sus labios.

-Suéltame - grita dándome una fuerte bofetada, pero yo la agarro de volada haciendo que se siente encima de la encimera conmigo dentro de sus piernas.

-No lo haré, no sé qué mierda pudiste hacer para que no te pueda sacar de mi mente -murmuro besando su cuello mientras esta se retuerce entre mis brazos.

Tomo posesión de uno de sus senos que se le marcan en esa blanca pijama, veo como lucha hasta que tengo mi boca en el comienzo de su ropa interior la cual arranco para lamer y succionar su hermoso coño, le escucho gemir hasta que se corre entre mis brazos una vez levanto la cabeza veo como ella me observa con lágrimas en los ojos.

-No te me vuelvas a acercar jamás en tu vida -murmura dolida mientras sale de la cocina.

-Ya no podrás escapar de mi Bastet -susurro sin saber porque he dicho eso.

Dioses De Egipto (saga Faraón) IIWhere stories live. Discover now