C28

814 75 0
                                    

Abimael

Cuando siento que algo me vuelve a llamar aparezco en una gran mansión y me asusto e invoco mi libro para saber que lo ocasiono, aunque hace más de dos meses que estoy buscando a Bastet porque esta prometió nunca alejarse de mí no de nuevo, veo salir a unos señores de esa casa y me acerco para preguntarles.

- Buenas tardes, ¿saben dónde se encuentra una chica llamada Emely Phoenix? –pregunto y estos niegan- saben se apellida Phoenix por una constelación que le regale hace siglos –agrego, pero estos niegan.

- Amigo no sabemos de quien habla, por favor podría largarse de nuestra propiedad- agrega el mayor de estos el cual es un moreno.

- Qué raro algo me atrajo a este lugar –murmuro y una vez me giro para seguir mi camino escucho algo que llama mi atención.

- Papa, la abuela se volvió un gato gigante totalmente negro –grita la pequeña niña pelirroja –corran –agrega y esta vez me sigo para entrar al lugar sin la necesidad de pedir su permiso.

Corro por todo el lugar y por lo visto aquellos hombres ocultaron a Bastet de mí, una vez la veo esta se sorprende de encontrarme ahí y trata de huir, pero me trasformo en un arcón e impido su huida.

- Te atrape –susurro una vez la tengo debajo de mi – dime Bastet ya te cansaste de escapar de mi –agrego mientras la obligo a volver a su forma.

- ¡Eh! Chaval deja a nuestra madre tranquila –me susurra el menor de los hombres.

- Tienes hijos y no me entero –digo, pero esta niega con su cabeza ganándose toda mi atención – oigan se atreven a mentirle a un dios de nuevo y pagaran las consecuencia par de idiotas – agrego levantándome para ayudarla a pararse, pero esta niega ya que está cubierta con grandes mantas.

- Déjame maldito imbécil, regresa a tu casa con tu perfecta esposa –me grita dándome la espalda y tomando una forma de una mujer gorda queriendo ocultar algo de mí.

- Tienes algo que me interese Bastet – susurro, pero sigue negándose a responderme –algo me trajo hasta aquí y sabes que soy el único dios que no puede ser invocado por otros –agrego.

- Viniste hasta aquí para eso, debiste ignorarlo como todo lo que siempre has hecho- dice un poco más clamada.

- Te vine a buscar porque eres mi esposa y nos iremos juntos al valle de los dioses y ya no me vas a volver a desobedecer, ya estoy cansado de ver que nunca cumples tu rol – le grita obligándola a estar presente, pero algo llama mi atención – ame a Lizzy cuando no te recordaba y daba por hecho que lo que soñaba todas las noches solo eran pesadillas crueles de una mujer la cual me arrancaba el corazón, te amé cuando llegaste y me hiciste despertar sabes mejor que nadie que seguía con Lizzy porque debías aprender a sufrir y yo debía confirmar que amabas- agrego una vez estoy cerca de ella mientras acaricio su abultado vientre.

- Madre sacaremos a los niños de aquí, volveremos dentro de un rato –dice el moreno alto y fornido, esta asiente para que se vallan.

- Él te llamo, le prohibí que lo haga- murmura mientras observo como mi hija habla conmigo.

- Eres hermosa pequeña diosa – susurro para mí una vez esta adquiere su forma.

- ¿Cómo es posible? Porque eres un mortal y por ti ya sacrifiqué todo y tú no has hecho nunca nada- murmura alejándose de mi mientras camina hasta el interior de ese lugar.

- Nunca te leyeron la historia de un hombre que estaba solo porque era diferente del resto, este estaba solo a tal grado de poseer a una mujer normal para tener un hijo, cuando aquel nació concedió a su padre grandes dones aparte de lo que ya poseía y volvió a su madre un ser igual a su padre, pero este niño al cumplir los 10 años mato a su madre y consiguió una gran maldición la cual que hasta el día de hoy le persigue- susurro.

Veo como ella se acerca hasta mi para abrazarme y besar mis labios lo cual acepto, porque una vez me acosté con ella todo con Lizzy dejo de tener sentido, la abrazo como si mañana ya no existiera para mí y las cosas se pierdan entre sí.

- Lo lamento, pero ya no creo poder estar contigo- susurra mientras suelta gruesas lagrimas –ya no soporto más, elige Lizzy o yo –agrega alejándose de mí.

- Siempre será mi esposa –digo y esta trasforma su cara a una muy molesta cuando vi su intención de darme una bofetada frene su mano- mi única esposa se llama Bastet y es muy enojona ¿lo sabias? –agrego y esta me regala una patada directo a mis bolas.

- Eso te sucede por idiota –murmura desapareciendo de mi radal.

Me retuerzo de dolor en el suelo y cuando siento pisadas me levanto normal para volverme invisible para todos, me sorprendo al ver a un hombre mayor de larga cabellera blanco merodeando todo en búsqueda de algo. Iba a salir a enfrentarlo, pero al ver el collar de mi madre en su cuello mejor me quede quieto en aquel lugar.

Una vez este desaparece me quedo atónito pensando, el por qué estaría en este lugar; aunque alguna vez este juro acabar con todo lo que poseyera, pero lo dudo él nunca tuvo ni tendrá la mitad del poder que poseo yo. Aunque me preocupa que ronde por el alrededor de ella.

Abro mi libro e invoco uno que otro dios a los cuales le doy la tarea de proteger todo este lugar incluyendo a su gran familia, la cual utiliza para no perder totalmente sus dones; algo ingenioso de su parte. Regreso al departamento que alquile cerca de la playa el cual es espacioso y tiene dos habitaciones totalmente decorado con colores neutros, una que otra vez llamo a casa para saber si ya mi supuesta muerte no les afecta, pero siempre me lastima el hecho de que mi madre es la que más se culpa de esa situación.

Dioses De Egipto (saga Faraón) IIWhere stories live. Discover now