Te dije que no te engañaras.
En el momento que toques esta mano, te pondrás en peligro.
Ahora estás sangrando, pero dime: ¿aún te sientes atraído por mí?
Me conoces del todo, pero dime: ¿por qué me estás mirando?
Solo vete, no lo dudes.
Solo déjame...
Y allí estaba, tratando de ver el momento correcto para llevar a cabo mi plan. Necesitaba que no mucha gente transitara por el patio, y mientras esperaba, decidí escuchar Siren.
La forma en la que Seungmin me conoció fue rara. No, raro fue el hecho de que le comenzara a gustar desde la primera vez que oyó mi voz. Esa tarde estaba como siempre esperando a que sean pasadas las 4:40 pm para que mi hermano me recogiera. Siempre estaba sola y esa no era la excepción. Me dije a mí misma que el tiempo pasaría más rápido si entonaba una canción.
Y canté Downpour, que en esos tiempos era mi canción preferida. Justo cuando estaba finalizando el coro sentí una mirada sobre mí y callé. Miré severamente a Kim Seungmin de mi clase; él era el clásico chico que no resaltaba. No comprendía qué hacía allí tan tarde, hasta que fui consciente de los utensilios de limpieza en sus manos. Iba a pedirle amablemente que se perdiera cuando sus ojos se iluminaron y al segundo ya estaba demasiado cerca de mi rostro.
-Me gustas -confesó emocionado y con un leve rubor en sus mejillas.
¿Y a este qué le pasa?
-Disculpa, ¿qué? -me alejé y él se volvió a acercar, esta vez tomando mis manos entre las suyas.
-Tu voz, tú... me gustas -miró directo a mis ojos.
Suspiré y lo aparté poniéndome en pie al mismo tiempo. No tenía tiempo para estas cosas; además, seguramente mi hermano ya había llegado, y él odia esperar.
-Escucha, te estás equivocando conmigo. No es posible que te comience a gustar cuando esta es la primera vez que cruzamos palabras.
-Yo creo en el amor a primera vista -dijo copiando mi acción anterior-, aunque en este caso sería amor a primera oída -soltó una risita que resonó en el aula vacía a excepción de nosotros dos-. Me recuerdas a una sirena.
-¿Una sirena? -no lograba conprender.
-Tu voz me cautivó -un sonrojo aún más fuerte se apoderó de sus mejillas.
Negué repetidas veces colocando mi mochila sobre mis hombros y dirigiéndome a la puerta.
-No sé si estás enterado, pero yo solo traigo problemas. Así que olvídalo.
Estaba a punto de irme cuando él tomó mi brazo impidiéndomelo. Respiré profundamente, mi paciencia se acababa. De hecho, llevaba haciendo un gran esfuerzo desde que él se atrevió a acercar su cara a la mía.
-Soy yo quien decide si alejarme o no -sonrió mostrándome nuevamente sus blanquecinos dientes.
Lo odié demasiado. Tomé un último suspiro y aparté su mano de la mía, comenzando a cruzar el pasillo para irme. Allí vi a Hyunjin con una escoba. Cruzamos miradas de reojo y ambos seguimos con nuestro camino.
Conste, yo se lo advertí.
Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.