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A veces no era necesaria el agua para sentir el ahogarse, a veces solo bastaba la acumulación de pensamientos. Y era lo que yo sentía, me estaba ahogando en un mar que yo misma había creado y que me dejaba sin salida. Estaba a la deriva y pronto me perdería para siempre.

No importaba qué tanto Hyunjin o Jeongin estuvieran para mí, yo solo... no podía. Siempre pensé que eso del amor era una vil mentira, en el caso contrario, ¿por qué si mis padres se amaban, papá la mató? ¿Por qué si Woojin prometió cuidarme, me traicionó? El amor era algo que además de abstracto era inexistente, y hacía a las personas volverse idiotas y ceder a todo. Yo no sabía si Chris me amaba, pero lo que sí sabía era que había accedido a dejar libre a su mejor hacker por el hecho de yo ser su novia y pedírselo.

Si el amor era paz, sonrisas y alegría, ¿por qué me dolía tanto el corazón ahora que finalmente estabas con Yangmi? Yo te amaba, lo acababa de aceptar. Pero no podía hacer nada al respecto, fui una estúpidamente y finalmente te había perdido. Pese a ello, haberte dejado ir fue la mejor opción. Yo fui de lo peor contigo, Yangmi siempre estuvo allí. Ella merecía mil veces más estar con un chico como tú y tú con ella. Eran perfectos para estar el uno con el otro.

Caminaba por los pasillos con los audífonos puestos, escuchando Siren. Era la hora de receso, pero Hyunjin estaba ocupado haciendo un recado del profesor y Jeongin había sido llamado para un proyecto en robótica. No tenía nadie más con quien pasar el rato, y fue raro el que eso me inquietase. Yo siempre había estado sola, pero era como si realmente necesitara a alguien en ese momento.

Cuando alcé la mirada los vi, tenías los dedos entrelazados con los de Yangmi y ella te presentaba con una enorme sonrisa a sus hermanos y primos. Ellos te recibieron con palmadas en la espalda, halagos y una que otra amenaza. Sonreí por ti, porque por fin tenías una vida normal.

Al parecer sentiste mi mirada, porque volteaste y tus ojos se encontraron con los míos. Yangmi también lo notó, pero ella solo te miró a ti. Mi corazón latió rápido y me sentí estúpida, pero así como hice yo varias veces, tan solo me ignoraste y volviste la mirada a los Lim, reforzando tu agarre con el de Yangmi. Igual a como yo hice, rompiste mi corazón en pedazos, y por más que doliera, sabía que lo merecía.

Seguí mi caminar y volví a las aulas. Una vez sola me senté en mi asiento y apoyé la cabeza sobre mis brazos. Permanecería allí hasta que las clases acabaran.

Cuando desperté no había nadie en el salón, por lo que supuse todos se fueron. Woojin no iría a recogerme esa tarde por lo que caminé con calma. Me dirigí al patio de la escuela y me llevé una sorpresa al hallarte allí. Parecías estar dormido con una libreta en manos y tus cabellos meneándose suavemente por la brisa de primavera.

Yangmi no estaba contigo y eso me extrañó, me acerqué para comprobar que estuvieses bien. Y entonces te contemplé. Cuando tenías los ojos cerrados no parecías odiarme, y eso le dio a mi alma una paz profunda.

Miré tus labios rosados. Yo jamás había besado a nadie y realmente no le veía importancia siempre y cuando fuese con una persona que mínimo me caía bien. Pero un cosquilleo recorrió mi estómago al imaginar cómo sería besarte.

Pero no debía, tú ya tenías novia. No iba a hacerte más daño.

Me conformé con chocar mis labios superficialmente sobre los cabellos en tu frente. Entonces, con lágrimas en los ojos murmuré:

—Lo siento tanto...

—Lo siento tanto

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ѕιяєη - kïm sëünġmïn Donde viven las historias. Descúbrelo ahora