Te dije que no te engañaras.
En el momento que toques esta mano, te pondrás en peligro.
Ahora estás sangrando, pero dime: ¿aún te sientes atraído por mí?
Me conoces del todo, pero dime: ¿por qué me estás mirando?
Solo vete, no lo dudes.
Solo déjame...
Ese día me sentía frustrada, más de lo normal. Conocería a Chris en la tarde y no me sentía mentalmente preparada para hacerlo. Sí, oí mucho de él por parte de mi hermano y de mi padre antes de morir en un accidente hace poco más de un año y medio. Ese fue el día en que me sentí mal, pero no por él, sino por el hecho de no sentir ni una pizca de pena. Y al parecer, Woojin tampoco. Mi hermano no siempre fue así, sin embargo ese no es el tema principal ahora.
Me alisté con prisa y como siempre, fui a la escuela caminando hasta la parada y luego tomando el bus. La ida era sola, el regreso era con Woojin. Prefería mil veces las mañanas gracias a ello.
Mi enojo aumentó al haber tanta gente, prácticamente me sentía aplastada entre ellos. Para empeorarlo, un tipo que se sostenía de la varanda frente a mí tenía un fuerte hedor emanando de su axila. Casi vomito. Aún peor, hacía calor. Yo no era de quitarme la chompa si no lo veía muy necesario, mas ahí a urgía. Me la quité y la guardé en mi mochila, temía amarrarla a mi cintura y luego perderla. Me hice una coleta arriba mientras rogaba por que llegáramos rápido a la siguiente estación.
Hasta prefería el tren, allí había más espacio. Hablando de trenes, aún no superaba Tren a Busan. Esa película me chocó, y no por el hecho de que el padre se sacrificara por su hija al final, no; sino porque sabía que mi pap- Junmyeon no haría lo mismo por mí. Él preferiría no bajarse del tren y comerme una vez siendo zombie.
"Llegamos a la Estación B. Baje con cuidado": eso dijo la vocecita de la señora del bus y yo me retiré del vehículo. Caminé sin más prisa a la escuela, aún era muy temprano. Hyunjin de seguro ya estaba ahí, pero no le hablaría. No lo hacíamos si no era para cumplir el trato, y si hablábamos odiaba la sensación de sentir la mirada de todos en mí, sobre todo la de Seungmin; además de los murmuros.
Me senté en mi pupitre, me puse los audífonos y le di play a Siren. Puse como diez veces la opción Añadir a continuación y me dormí al instante.
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Desperté con el sonido de los estudiantes entrando al aula desesperados antes de sonar el timbre de inicio de clases. Bufé y saqué mis materiales de la mochila y los puse sobre la mesa. Sin embargo, todos salían del salón. Miré la hora en mi celular: ¡ya era el primer receso!
Caminé fuera del salón, quería pasar el rato en el patio. Mientras caminaba, vi a Seungmin a no muchos pasos míos, estaba con Hyunjin a su lado. Estaba estresada, necesitaba desquitarme, pero no podía golpearlo. Sonreí, habían otras formas.
-Tú -le hablé y me miró rápidamente, Hyunjin se puso alerta-. ¿Quieres agradarme? Párate al centro del patio y grita que eres un idiota.
Seungmin abrió sus ojos sorprendido y temeroso. Yo no hablaba en serio, mas sabía que obedecería.
-Seungmin, no tienes que hacer esto -le dijo Hyunjin tomándolo del hombro.
-Hyunjin... es la única manera -dio una sonrisa de impotencia y se paró al centro del lugar-. ¡SOY UN IDIOTA!