07

944 115 39
                                    

Cerré los ojos tratando de ignorar el bullicio al costado de mi habitación. Mi mamá y mi papá discutían como últimamente hacían. Él llegaba tarde y preguntaba porqué, allí comenzaba todo. Unos brazos me envolvieron y abracé a esa persona fuertemente. No sabía qué haría sin mi hermano, Woojin era mi apoyo para no echarme a llorar en esos momentos.

-Todo va a estar bien, no te asustes, Migyeong -murmuró sobre mis cabellos.

Cualquiera que nos viera diría que éramos una pareja de enamorados, y es que no nos parecíamos en nada. Él no lo sabía, pero Woojin era adoptado. Si se enterara, sería un enorme problema. Fue mamá quien decidió que tener un hijo varón en la familia sería bueno.

Un día ella y yo salimos a pasear al parque. Teníamos nuestros helados casi derretidos mientras reíamos alegremente. Hay cosas que ocurren de forma muy inesperada, y eso fue exactamente lo que pasó. Un camión apareció de la nada y chocó un auto pequeño volcándolo. Mi madre y yo nos miramos y corrimos a él.

-¡Llamen a una ambulancia! -grité mientras mi mamá y otros señores trataban de sacar a las personas del auto.

-Mi hijo... cuídenlo... -oímos murmurar a la señora quien entre sus brazos tenía a un chico aparentemente mayor a mí.

Yo en ese entonces tenía seis.

La ambulancia llegó, lamentablemente sus padres murieron. El nombre del niño, según su ID era Kang Woojin. Mi madre y yo esperamos pacientemente a que despertara. Al parecer a penas se recuperara sería llevado a un orfanato.

-Pobre niño... -murmuró mi madre y yo miré al que estaba inconsciente en la camilla con pena-. El señor huyó, no hay rastros de él.

-Maldito -bufé.

-¡Migyeong, vocabulario!

Volví a bufar. De repente el niño se comenzó a mover y sacudí el saco de mi madre. Ella me miró y yo le señalé a Woojin.

-Llamaré a un doctor, espera aquí -dijo e hizo exactamente lo nombrado.

El de cabellos marrones oscuros abrió los ojos lentamente acostumbrándose así a la luz; miró sus manos con el suero en una de ellas, miró la ventana y cubrió sus ojos rápidamente. Al final sus ojos se toparon con los míos y retrocedió hasta chocar su espalda con la cabecera.

-¿Quién eres? -preguntó y tocó su cabeza como si le doliera-. No, ¿dónde estoy? -me tomó de los hombros-. Dime mi nombre.

No sabía qué hacer, gracias a Dios justo en ese momento mi madre entró con el doctor y dos enfermeras. Se percataron de que Woojin no recordaba nada, y antes de que siquiera le dijeran lo ocurrido mi madré lo detuvo y le susurró:

-Yo lo adopto.

-Señora, tiene que pasar la prueba primero...

-No importa, estoy segura de que pasaremos la prueba. No voy a dejar a este niño sin una familia; nosotros podemos darle todo -se cruzó de brazos.

El doctor asintió con una sonrisa.

-Hijo, te llamas Kim Woojin -mamá tomó asiento en la silla a su costado y tomó su mano entre las suyas-. Yo soy tu madre, Suzy y ella es tu hermana, Migyeong. Tuviste un accidente de tránsito mientras tratabas de salvar a un gatito y por eso estás ahora en el hospital.

Woojin pareció creerle y una pequeña sonrisa se formó en su rostro; aseguró el agarre con las manos de mamá.

-¿Y el gatito está bien?

-Sí, le conseguimos un hogar -sonrió.

Woojin me miró y mamá me pidió acercarme. Algo dudosa lo hice.

ѕιяєη - kïm sëünġmïn Where stories live. Discover now