꒰ ͜͡➸ •.¸. 𝑻𝒉𝒆 𝑹𝒆𝒅 𝑻𝒊𝒈𝒆𝒓 ᵛᵏᵒᵒᵏ

t h r e e

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Jungkook se colocó de puntillas mientras agitaba el plumero lo más alto que podía para sacar la tierra de aquellos cuadros en las paredes del viejo castillo, pero su altura no lo ayudaba y aunque se esforzará, con suerte sus pequeñas piernas podían alcanzar las esquinas de estos. Jungkook hizo un puchero ante eso.

Sus padres siempre se encontraban haciendo algo en aquel castillo, limpiando, cocinando y atendiendo las órdenes de los padres de Tae. Le habían mencionado al pequeño Kook que podía jugar en el castillo y algunas veces en la semana vendrían profesores para enseñarle lo básico, pero a Jungkook le entristecía no poder ayudar en nada. Taehyung siempre hacía mucho por él, e intentaba que el castañito no hiciera prácticamente nada, pero a Jungkook no le gustaba mucho eso, así que cuando podía intentaba ayudar en la limpieza del lugar.

Rendido, dejó de pararse en puntillas y sus manitas apretaron fuertemente el plumero, su vista fue dirigida hacía el gran reloj posado al fondo del pasillo. Si había leído bien, iban a ser las 12:30 pm. El pequeño Kook frunció su ceño.

Taehyung normalmente se levantaba temprano y lo primero que hacía era tirarse encima de él para abrazarlo, a veces coloreaban con crayones juntos y Taehyung le decía que se quedará todo el día con él... pero parece que hoy no fue el caso.

El castañito bajo su mirada mientras sus pies se movían torpemente. ¿Taehyung se había aburrido de él? ¿Ya no quería que jugaran juntos? ¿Se había dado cuenta de que Jungkook no es un buen amigo?

Resistiendo sus ganas de llorar y con su puchero temblando, caminó hasta la cocina cabizbajo, llegando hasta done su mami estaba y tiró de su larga falda del uniforme, llamando la atención de su progenitora.

Haneul vio a su pequeño con la cabecita gacha y sus manitas temblando con un plumero en ellas, rápidamente le quitó el artefacto de limpieza dejándolo en la encimera, para posteriormente tomar a su retoño en brazos. Jungkook inmediatamente apretó la tela bajo sus manos y escondió su rostro en el blanquecino cuello de su madre.

—Kookie, amor ¿qué pasó? ¿te duele la pancita? — no recibió una respuesta.

Jungkook cuando estaba triste, solía aferrarse a la pierna de uno de sus progenitores con su cabecita gacha.

Haneul estaba preocupada, ¿qué le había ocurrido a su lindo retoño para que se pusiera así?

Comenzó a frotar círculos en la espalda del castañito, arrullándolo con su dulce voz y caminando de un lado a otro. Caminó fuera de la cocina para no molestar ni entorpecer a nadie, aunque las demás sirvientas solo la miraban con ternura.

Pronto, se escuchó un fuerte ruido, logrando llamar la atención de Haneul y el pequeño Kook, aunque este último no quizo salir de la conformidad del cuello de su progenitora. Se escucharon unos pasos, antes de que una voz característica llegara a los oídos de todos.

—¡Kookie! ¿Dónde está Kookie? —exclamó el pelirrojo tigre.

Haneul sintió como el cuerpo de su pequeño se tensaba y rápidamente levanto la vista, removiéndose entre sus brazos dando claramente la señal de que quería bajarse. Extrañada, dejó a su retoño en el suelo quien fue corriendo hasta donde el pequeño Kim había entrado.

—¡Kookie! ¡Fui al pueblo con mamá y encontré—

Tan pronto como Jungkook estuvo frente al tigre, lo abrazó escondiendo su carita en el cuello del pelirrojo, su cuerpecito temblando ante los evidentes sollozos.

Taehyung se tensó.

—¿Kookie? — preguntó alterado ante los sollozos de su lindo humano.

—¿P-Por qué no me lo dijiste? P-Pensé que t-te habías a-aburrido de mí... — reclamó el castañito entre sollozos.

A Taehyung se le quebró el corazón ante la tristeza de su lindo humano, que había sido causada por él mismo. Aguantándose las lagrimitas, abrazó de vuelta a su lindo Kookie.

—¡Yo nunca podría aburrirme de Kookie! —le respondió entre lágrimas el pequeño tigre.

—¿L-Lo prometes?

—P-Prometo siempre quedarme a tu lado Kookie.