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10 años...

El profesor hablaba y hablaba, pero Taehyung en verdad no le estaba prestando mucha atención. Aunque unas clases de etiqueta aburrirían a cualquier infante de 10 años, mucho más a uno tan inquieto como Tae.

Su cola de tigre se balanceaba tristemente, su rostro apoyado en una de sus manos mientras observaba con un puchero por la ventana al gigantesco patio del castillo. Taehyung frunció su ceño al ver a su lindo humano haciendo la jardinería con otros sirvientes del castillo.

Jungkook era hijo de dos de los sirvientes, por lo que desde temprano a los hijos de la servidumbre se les enseñaban las labores de limpieza, cocina, y demás quehaceres. Las enseñanzas que se le brindaban tampoco eran unas de excelencia al ser de una clase económicamente más baja, pero sus padres siempre se preocuparon por brindarles buena educación tanto a su hijo como a los niños de la servidumbre.

A Tae le alegraba en cierto modo saber que su lindo humano estaba recibiendo las atenciones que merecía, pero lo que a Taehyung le desagradaba era que tenían diferentes horarios, si bien los profesores iban al castillo a enseñar, se encargaban primero de enseñarle todo lo necesario a Tae par posteriormente enseñarles a los otros pequeños por separado.

Y Tae solo quería estar con su Kookie, no le gustaba la idea de estar separados.

Así que ahí estaba él, escuchando algo sobre las copas de vino tinto, vino blanco, champagne y algo que no escuchó bien. Pero no le preocupaba, Tae quería ir afuera y jugar con Kookie.

Sus padres siempre lo regañaban cuando no le prestaba atención a sus clases de etiqueta o de algún otro tipo, pero sus instintos juguetones simplemente no se apaciguaban si no estaba con su pequeño castañito.

El gran reloj de pie resonó fuertemente, logrando que la carita de Taehyung se iluminará y que su cola se irguiera feliz. Cuando el reloj tocaba era porque su clase había terminado, lo que significaba que Tae era libre para poder ir a jugar con su Kookie. Apartándose rápidamente de la mesa, se bajó de la silla y corrió para llegar al patio del castillo.

El pequeño pelirrojo divisó a su castañito tapando las raíces de una flor con tierra, los grandes guantes verdes y su gorrito de paja logran darle un toque de lindura que endulzaba el corazón del pequeño tigre. Sin poder resistirlo sus piernas se impulsaron y saltó como todo un felino encima de su lindo humano, abrazándolo y olisqueando el aire con el rico aroma que su Kookie desprendía.

—¡Kookie, Quería verte! — exclamó el pequeño tigre lamiendo amistosamente las rosáceas mejillas del pequeño Kook.

El castañito soltó unas pequeñas risitas para después apartar al pelirrojo y limpiar la baba de sus mejillas.

—¡Tae! Te dije que nada de babas. — reprendió el castañito con su ceño fruncido.

Las rayadas orejitas del tigre se encogieron con tristeza y un puchero se instaló en los labios de Taehyung.

—Pero me gusta que Kookie tenga mi olor. —puchereó el contrario.

Jungkook se quitó los guantes (que eran más grandes que sus manitas) y se cruzó de brazos.

—He dicho nada de babas. — el pelirrojo agacho su cabecita ante las palabras de su humano.

— Sí Kookie... —murmuró desganado.

El ceño fruncido de Jungkook se suavizó y le regaló al pelirrojo una sonrisa tímida.

—Tae, después de que termine aquí ¿quieres ir a jugar? — el rostro de Taehyung se iluminó y miró al castañito con una brillante sonrisa.

—¡Sí, sí quiero!

—Pero antes, escuché que tú mami dijo que no prestabas atención a tus clases.

Taehyung se rascó la nuca con una mueca en sus labios.

—Pero es que, si Kookie no está conmigo entonces no es divertido. — se excusó el pelirrojo.

—Pero Tae, si no pones atención entonces serán más horas las que pasarás con el tutor y no podremos jugar. — Taehyung puso una expresión de horror ante las palabras del pequeño Kook.

—¡No, no pueden, no quiero! — puchereó el pelirrojo tigre.

Jungkook suspiró pensativo, hasta que una idea llegó a su cabecita y con ello sus mejillas se incendiaron.

—Tae... si prestas atención a todas tus clases y te esfuerzas... entonces te daré un besito... — los ojitos de Tae se iluminaron y se acercó más al humano.

—¡¿De verdad?! — preguntó ilusionado.

Jungkook agachó su cabecita con sus mejillas manchadas de un fuerte carmesí.

—Sí... —murmuró bajito.

Taehyung abrazó de alegría al pequeño humano y restregó su morena mejilla con la contraria.

—¡Vas a ver que me esforzaré mucho Jungkookie! —exclamó el tigre emocionado.














—¡Vas a ver que me esforzaré mucho Jungkookie! —exclamó el tigre emocionado

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꒰ ͜͡➸ •.¸. 𝑻𝒉𝒆 𝑹𝒆𝒅 𝑻𝒊𝒈𝒆𝒓  ᵛᵏᵒᵒᵏDonde viven las historias. Descúbrelo ahora