Trust

Capítulo 6

El entrenamiento había terminado hace poco, se duchó tan rápido como pudo y trató de vestirse a la misma velocidad, enredándose entre su ropa y rozando múltiples veces el raspón que se había hecho en la casa de Derek, además de su pobre tobillo torcido que se había quedado atascado en su pantalón mientras trataba de vestirse a la velocidad de la luz.

Estaba ansioso, no sabía cuándo o cómo llegaría, o si irían nuevamente a la mansión Hale o a otro lugar. El que Derek fuera tan callado era un problema que les traería un muy desagradable disgusto uno de esos días. Ahora que lo pensaba era muy poco probable que fuera verle porque podría ser visto por algún maestro o un policía, seguramente ya había supuesto que iría inmediatamente a su casa, y si llegaba y él ya se había ido. ¿Por Dios tanto le costaba enviar un mensaje?

Mientras su cabeza se encargaba de llenarlo de dudas, Scott daba rienda suelta a sus problemas de control sin Alison y a teorías sobre el alfa sin ningún sentido que escuchó atentamente y fue descartando según la falta de congruencia con los informes policíacos. Aún estaba molesto con el muy imbécil, desgracia de la naturaleza, mal amigo, llorón, patético, pedazo de... Bueno el imbécil de su mejor amigo, o como sea, por lo pronto ya no estaba seguro de si podía contar con el 50% de Scott.

— ¿Qué tiene tu pierna? — señaló Scott de la nada interrumpiendo la línea de conversación, el cambio de tema fue tan radical que lo dejó ligeramente descolocado. Levantó la basta de su pantalón y le echó un vistazo a su pierna, se veía exactamente igual a como se veía en la mañana. Miró a Scott confundido, buscando alguna cosa extraña tal vez en su pantalón, pero una vez más no había nada.

— Nada — respondió con razón, mirando nuevamente por si acaso se le hubiera escapado algún detalle, pero no, siguió caminando atento a alguna sensación que pudiera parecerle inusual bajo la inquisitiva mirada de su mejor amigo. Se detuvo nuevamente y se encogió de hombros sintiéndose completamente normal.

— Stiles hablo en serio — rodó los ojos ante la reprimenda de Scott y puso sus manos en los bolsillos de su pantalón, a la espera de que le dijera lo que realmente le parecía extraño. Puso especial atención a los gestos que hacía, tal vez había olido algo y como el perro novato que era solo supuso que el entendía de lo que hablaba. No sería la primera vez, Scott era muy distraído y llevaba muy poco tiempo como hombre lobo a veces olvidaba que ellos no contaban con las mismas capacidades.

— Yo también — su pierna estaba bien, pero si Scott seguía mirándola así probablemente saldría huyendo en cualquier momento y regresaría con una denuncia por acoso.

— Entonces deja de cojear — ¿Cojear? No estaba cojeando, el dolor ya era una simple sombra muy leve a pesar de que lo que había pasado mientras se vestía. Aunque ahora que lo pensaba, sí dolía, había estado tan nervioso que ni siquiera se había dado cuenta.

— Ah, eso, me torcí el tobillo, nada grave Scottie — le aseguró palmeando su hombro — Estoy bien, solo un poco... — ocupado, iba a decir ocupado, pero el camaro negro de Derek detuvo su sinapsis ñor un minuto —Ocupado, sí, estoy ocupado — reafirmó—  hablamos luego, tengo que... Hacer un par de cosas de... Ya sabes... Cosas y pulgas y... Bueno, adiós.

Estaba tan nervioso que simplemente había empezado a soltar incongruencias, una pobre excusa que había dejado demasiados espacios en blanco que debería aclarar seguramente pero en ese momento poco le importaba. Trató de ignorar el auto, cualquiera podría tenerlo, lo que no podrían tener sería ese perfecto cutis que el moreno había decidido poner al sol cuando bajo la ventana sin ningún tipo de cautela, se apoyó de lado y lo miró por sobre las gafas. El puslo se le aceleró y echó a correr en dirección al auto, casi cae de bruces al suelo y solo entonces se dió cuenta de que si cojeaba y ahora él leve dolor se había transformado en ardor, no dudó en tirarse dentro del auto y sobre Derek para cerrar la ventanilla.