Capítulo 14 [*]

6.5K 214 42
                                    

AVISO: CAPÍTULO HOT

Yui: Sebastian... No puedo seguir, me siento agotada... — jadea

Sebastian: ¿Ah? Hasta que yo esté satisfecho no puedo dejarte ir — apoyo mi pecho en su espalda y alcanzo a morder su orejita

Pongo mis manos en sus caderas y léntamente comienzo a moverla, a pesar de que su ardiente vagina no deja de producir líquidos su estrechez no me da la opción de moverme todo lo rápido que quisiera.

Pasan unos minutos y cada vez me deslizo mejor, llego al final y lo empujo, luego saco todo a escepción de la punta y vuelta a empezar.

Su débil cuerpo convulsiona, el placer la satura y la va consumiendo léntamente.

Narra Yui

Mi pulso va a estallar.

Cada vez que llega al final y no contento con eso lo empuja más y más, hace que entre en un delicioso estado de placer, no me permite descansar, me siento en un estado de placer eterno, placer y lujuria calientes.

Un placer intenso, aunque no tanto como cuando lo sentí balancearse en mi interior.

Aumenta la velocidad y cierro los ojos, recorre todo mi interior y lo saca sin darme tiempo a descansar, mis piernas se bañan en el transparente líquido que crea la lujuria.

Sebastian: Apriétame, Yui, hazme sentir pleno — me susurra con su voz ronca

Muerdo mi labio inferior y cierro mis paredes vaginales alrededor de su grotesco pene.

Oigo un gruñido de su parte.

Sebastian: Apriétame un poquito más fuerte, quiero terminar de gozar antes de perderme en la caliente senda del amor

Una descarga de electricidad recorre mi cuerpo, está tocando mi clítoris, mi vagina reacciona a su tacto y atrapa su miembro como si no quisiera que se escapara.

Sebastian: A-así... — roza sus duros abdominales contra mi espalda y un caliente líquido comienza a llenarme consiguiendo que llegue a la cima por segunda vez

El cuerpo de Sebastian se mantiene quieto dejando en el aire varios suspiros pero sin dejar de acariciar mi punto sensible.

Sebastian: Mierda... No puedo seguir siendo gentil...

Pone una de sus manos en cadera y la otra se mantiene acariciando circularmente mi ardiente clítoris.

Sebastian: Ahora sabrás lo que significa hacer el amor con un demonio

La palabra amor se queda en el aire, su pene palpita en mi interior.

De pronto una gran embestida me invade, y a esa le sigue otra y otra y otra más. Son tan rápidas que no me da tiempo a gemir siquiera. Solo consigo jadear un poco y correrme una y otra vez.

Aprieto la alfombra mientras disfruto un rico orgasmo al que le sigue otro, mi mente se satura, tanto placer me hará perder la cordura.

Yui: M-más... — digo en un murmullo

Sebastian: Dígalo de nuevo señorita — dice mientras me llena una y otra vez

Yui: ¡Joder, házmelo hasta que no pueda ni caminar!

El sensual mayordomo sonríe, aprieta mi clítoris y me penetra duro, rápido y profundo.

Narra Sebastian

Me meto todo lo rápido que mis cualidades de demonio me permiten.

Ella muere de placer, sé que necesita más, este precioso cuerpo humano necesita ser castigado con oleadas de ricos orgasmos.

Yui: ...Sebastian detente — dice moviendo sus caderas consiguiendo una más estimulante penetración — comencé a s-sentirme extraña...

No le hago caso y sigo mis fuertes embestidas, está gozándolo como nunca, me muevo brúscamente en su vagina, entro en su útero con la punta de mi miembro, salgo y entro de nuevo como un relámpago.

Noto sus orgasmos, su cuerpo revosará en la lujuria si no me detengo. Solo unas embestidas más y...

Yui: ¡Mierda Sebastian me vengo! — gime a la vez que mueve más rápido sus caderas, su orgasmo se estiende a los 2 minutos y después su cuerpo cede cayendo en la mojada alfombra, se desmaya

Sebastian: ¿No pudiste soportar tanto placer? — sonrío — estaba a punto de venirme...

Entro en ella de nuevo, ya no tengo problema en que sus gemidos alerten el amo, me meto de nuevo en ella y se lo hago sin descanso, a pesar de estar desmayada de vez en cuando algún gemido y orgasmo me sorprende.

Sebastian: Eres demasiado buena — digo a punto de correrme — tu cuerpo es el mejor

Unas treinta embestidas más y llego con éxito a mi segundo orgasmo. El placer me consume y tengo que ahogar mi gemido en su boca la cual busco con desesperación.

Tras un gran orgasmo que casi me deja sin sentido salgo de ella, su irritada vagina deja salir un gran charco de líquido blanco mientras se cierra recuperando su natural estrechez.

Me muerdo el labio inferior.

Sebastian: Si no estuviera tan cansado no dudes que volvería a por ti — meto dos dedos dentro de su vagina

Palpita, está tan caliente y húmeda. Conseguirá hacerme sucumbir de nuevo.

Sentimientos prohibidos [Sebastian Michaelis]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora