Tokyo | Bambam

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Esta podría simplemente ser la historia de un día lluvioso en las atestadas calles de Tokyo.

Pero para Takeuchi Masaru esta historia, era la historia, aquel día, aquel segundo, aquel lapso en el que el miedo y el amor, generaron la mayor coalición en su pecho.

La historia de cuando una sonrisa no era precisamente suficiente.

Porque...

Llovía.

Llovía, y el desfile de sombrillas coloreaba las calles y avenidas.

El aire frío que anunciaba la noche.

Los zapatos mojados.

Las luces, neon, las luces.

El murmullo de quienes empezaban sus nocturnas jornadas o de aquellos que regresaban a casa.

Las presurosas pisadas sobre el mojado asfalto.

El ruido de la noche, decorado de motores y bocinas, podría fácilmente camuflar el tempo del palpitante corazón de Takeuchi Masaru, ese corazón que junto a las manillas del reloj, marcaban el tiempo que quedaba para el esperado encuentro.

Takeuchi Masaru

A sus recién cumplidos veinte años, habiendo crecido en el seno de una familia tradicional japonesa y siendo el menor de dos hermanos; No tuvo siquiera la oportunidad de no hacer más que conservar excelentes calificaciones. Tras muchos años de luchar con los impulsos de sus anhelos se encontró besando a su mejor amigo a la edad de catorce años.

Pero demasiado asustado por la situación dejó de hablarle.

Siempre solitario, se reservó la oportunidad de amar por miedo a caer en las garras del pecado, sí, tan ajena visión de la vida, y tan prevaleciente forma de controlar su conciencia.

Para cuando terminó el bachillerato se había acostumbrado a reprimir sus deseos por demasiado tiempo como para mediar que era lo que realmente quería hacer su corazón.

Decidió trabajar en una tienda vintage de discos y lps.

Abriéndose a la obligada necesidad de sonreír.

Un día lo vio entrar, a la caracterización de todo aquello que se había negado sentir, y sin genuino interés por lo que el local tenía por ofrecer, lo encontró mirando un viejo cajón lleno de cintas casete.

Todos parecían marcados por una etiqueta que decía "Memorias de Tokio".

No tenía muy claro porque el dueño del local había insistido en mantener aquella chatarra.

Pero lo agradecía.

El misterioso joven que se hacía llamar Bambam lo llevó a un escondido restaurante de gyozas, a unos cuatro kilómetros desde donde se dedicaba a ganar dinero, corriendo entre los oscuros callejones que esquivaban el ojo público y jugando con los residuos de la lluvia. Una vez ahí el moreno que en el camino había admitido ser de nacionalidad tailandesa, pidió a la amable señora que atendía el local, tocar aquellos viejos casete.

Playlist ; One Shots ; GOT7Where stories live. Discover now