Sobran las palabras

23

Pasó una semana. Todo iba tan bien entre nosotras, no nos separamos en ningún momento. Tú dejaste el trabajo y yo la universidad. Les conté a mis padres todo, al menos tenían que saber que ya no iban a pagarme nada más, no reaccionaron bien. Cuando empezaron a alterarse sólo colgué y me fui a ti. Te abracé y tú lo hiciste más fuerte. Te miré y empecé a llorar. Es que esto es lo que quiero, sólo quiero sentirte en mis brazos, me da igual lo demás. 

Y ahora es de madrugada, estamos a unas horas de dejarlo todo. Estás pegada a mí, no te suelto, siento que me falta algo cuando no estás entre mis brazos. Estamos frente a frente, de lado. Tu rostro enterrado en mi cuello y yo noto como respiras en el, me da tanta calma escucharte. 

Me quedo sintiéndote horas, veo como duermes tranquilamente y yo sin poder hacerlo. Lo único que quiero es estar contigo, lejos de aquí. Pero a la vez siento miedo, no sé como seremos allí. No quiero que nada cambie, aquí es donde empezó todo, sólo espero que sigamos igual. 

Noto como te remueves en mí, como restriegas tu cara por mi cuello tan suave. Haces ruiditos como los de cuando te despiertas, haces que se me ahogue el pecho cuando haces eso, que te apriete más fuerte contra mí. Te miro y paso mi mano por tu pelo, echándotelo para atrás. 

Noto tus suaves labios posados en mi cuello, como los humedeces y los presionas en mi piel. Llevo mi mano por debajo de tu camiseta para acariciarte, te aprieto la cintura con suavidad, es que quiero tenerte más cerca. Siento como me buscas la cara con tu mano para sentirla y acariciármela. Haces sonidos quejándote a la vez que hundes tus dedos más fuerte en mi piel, acercándome más. 

Elevas tu cara hasta la mía, estamos frente a frente, sigues con los ojos cerrados y con una carita de dormida, así es como me gustas más. Sólo dejas tus labios en los míos, no haces nada y sé que no estás totalmente despierta. Yo los rozo muy lento, de arriba a abajo y tú te quedas quieta. Siento como sacas tu lengua y sé que quieres que la tenga entre mis labios. La acojo entre ellos delicadamente, sólo la beso sin prisas mientras te acaricio la espalda. Sólo presiono mi lengua con la tuya y me quedaba ahi, todo tan lento. 

"Quiero agua Nat" murmuras en mis labios sin fuerzas y yo capturo tus labios por última vez, con ganas pero calmada. Los arrastro hasta tu mejilla dejando un camino de besos. Me quedo ahí, te respiro mientras te digo que "voy un momento a traerte". Abro mis labios en tu piel repetidamente y tú niegas con la cabeza. 

"Quiero ir contigo" Joder, no te querías separar ni cinco minutos. Llevé mis manos a tu culo y las cerré en el, no era ni sexual, sólo quería aliviar esto de quererte tanto. Te apreté fuerte contra mí enterrando mi rostro en tu mejilla, presionándome fuerte y suspirándo en tu piel. Tú sólo sigues con tus sonidos, quejándote porque quieres más cariño. 

"Vale, pues vamos" digo levantándote conmigo, sacándote de la cama. Estás de pie y directamente te tiras a mí, abrazándome y acurrucándote en mi cuerpo. Seguidamente sonrío, es que en realidad eres un bebé, estás tan dormida. 

"¿Te llevo en brazos?" te digo muy suave, a la vez que coloco mis manos debajo de tu culo para impulsarte hacia arriba. Tú sólo afirmas con la cabeza y pasas tus brazos por mi cuello. Das un saltito y yo te ayudo a subirte, rodeas mi cintura con tus piernas. Apoyas el lado de tu cabeza en mi hombro y escondes tu rostro en mi cuello refugiándote en el. Me dispongo a andar, iba por los pasillos y no me costaba nada llevarte, eres un bebé que no pesa nada. 

Llegamos y yo te siento en la encimera, me iba a dar la vuelta para coger un vaso pero tu me agarraste de la sudadera impidiéndomelo. Yo te sonrío, me muerdo el labio y me pego a ti otra vez. Joder, no me querías ni un segundo apartada de ti. 

"Tengo frío Nat" dices con la carita de pena que me pones siempre. Yo no me aguanto y sonrío.  Acerco mis labios a los tuyos. Sólo me presiono con ganas, capturo tus labios rápido mientras me quito la sudadera para ponértela a ti. Tú te dejas y yo pego mi frente a la tuya cuando termino, miro hacia abajo y veo como te queda. Dios me encanta que te pongas mis cosas. Siento como restriegas tus labios con los míos mientras haces soniditos, estás tan blandita cariño. Yo capturo tus labios muchas veces mientras sigues arrastrándote, te pongo el gorro de la sudadera y sigo cerrando mi boca en la tuya muy suave.