Encuentro

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Despertó lleno de una inusual energía que incluso contagiaba a los demás, sin ayuda de las alarmas supo aún en el subterráneo que el sol había salido. Se levantó junto con Tom y se alistaron para salir, despertando además al resto de los que habitaban la casa; estaba a punto de salir ignorando la sugerencia de Ford para planear algo juntos y rechazando el ofrecimiento de Stan para desayunar hasta que abrieron la puerta para irse y se encontraron de frente con Tamyra, viendo a ambos con seriedad y los brazos cruzados.

-Si no comen antes, yo misma meteré la comida a su garganta...-pronunció sin un atisbo de emoción alguna mientras comenzaba a avanzar, haciendo que ambos chicos y el científico, que les iba siguiendo, retrocedieran de regreso a la casa.

Una vez dentro cerró la puerta y los seis se sentaron a comer juntos en el comedor. La chica tenía en ese momento un aura tan intimidante que ni siquiera Ford se atrevió a cuestionar su identidad y ciudad de origen; Mabel la veía con gran curiosidad, en especial contemplando sus ojos púrpura, jamás había visto un color igual pero si había escuchado muchas historias de la tierra original, leyendas de gente con poderes por tener los ojos violeta, según recordaba le habían llamado "síndrome de Alejandría", ahora comenzaba a imaginar mil cosas respecto a la chica, fantasear con capacidades sobrenaturales que a decir verdad no estaban lejos de la naturaleza de Tamyra, lo que es más, sus habilidades sobrepasaban cualquiera de esas leyendas. Stan no tenía mucho interés en ella, simplemente esperaba que no fuera una amenaza y mientras tanto, Tom y Dipper intentaban relajarse y se cuestionaban la razón de que ella hubiera ido a buscarlos personalmente sin importarle irrumpir en la casa directa de uno de los líderes de las colonias.

-Ahora si, vamos a ver...-habló la chica mostrándose más accesible al haberse asegurado de que los dos chicos habían comido bien.-...¿Cuál es su plan para resolver este embrollo?

-Pues...l-la verdad no...

-Dipper quiere interferir en las señales y buscar una entrada digital.-interrumpió Tom al castaño.

-Así que será de esa forma...me parece viable... escúchame bien Dipper...-le miró seria pero tranquila.-... yo vine aquí con el único objetivo de eliminar a ese maldito demonio que desequilibró el mundo hace años y quiero hacerlo de la forma más práctica posible, sin heridos, sin más muertes...pero si tu método no es posible, si no logras llegar hasta Bill, tomaremos el plan B: destruiré el androide completo.

El chico palideció al escucharla, su respiración se aceleró y su mente comenzó a aturdirse, no podía imaginar volver a perderlo, no habiendo revivido esas memorias, sentimientos y emociones hacía solo unas horas, debía evitar que Bill muriera nuevamente o le costaría mucho volver a encontrar su reencarnación.

-No Dipper...él no reencarnará...-contestó a sus pensamientos, Dipper sentía como faltaba poco para que su alma se congelase.

-¿C...c-cómo dices?...-cuestionó con un hilo de voz.

-Supongo que debo explicarlo...soy una sombra del cosmos, nosotros somos criaturas que mantenemos el equilibrio en la existencia tan bien como nos es posible, ello implica crear o destruir todo tipo de lugares, objetos, criaturas y almas. Fui enviada aquí buscando al demonio que habita dentro del androide que toda su raza conoce como Beta, resumiendo sus varios nombres. Me gustaría salvar el alma de ese chico, pero el lazo que lo ata al demonio lo arrastrará junto a él si no encuentran la manera de liberarlo y sinceramente espero que lo hagan porque si lo devoro junto con el demonio, se disolverá desapareciendo por completo...la muerte no es el fin del alma, por ello puede reencarnar, pero si logran destruirla como hacemos nosotros, jamás podrá ser recuperada.

Tamyra vio como Dipper comenzaba de nuevo a hiperventilar y de repente...se desmayó.

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