BJ Kyubi - Naruhina (+18)

Capítulo 16

Hinata

Un largo gemido brotó de mi garganta en el momento en que la consciencia volvió a mí; largos dedos jugaban con mi coño ya mojado y un gruñido vibró en mi espalda cuando se deslizaron dentro de mí. Arqueé las caderas y mi culo se frotó contra un pedazo de carne caliente y rígido que palpitó al contacto con mi piel. Pequeños destellos de luz atravesaban las pesadas cortinas oscuras y el dolor en varias partes de mi cuerpo me recordaron en donde estaba y con quién.

―Naruto... ―gemí con la voz ronca de tanto gritar cuando tomó el interior de una de mis rodillas, abriéndome para él y encajando su polla justo donde sus dedos estaban antes. Estaba dolorida, pero el dolor en mi vientre, mi piel erizada y la necesidad de liberarme pudieron más.

Lo anhelaba; todo de él.

―Buenos días, ―gruñó en el momento en que se hundió dentro de mí. Gemí con fuerza y levanté las pestañas cuando lo sentí en mi interior. Me dolía por el excesivo uso de la noche anterior, pero mis entrañas calientes y anhelantes agradecieron ese ardiente contacto―. Dios, amo este coño. Es mío ¿verdad, bruja?

―Naruto...

Embistió suavemente dentro de mí, muy lentamente, como si supiese que necesitaba recuperarme un poco luego de las arduas horas que pasé a su lado. Mi consciencia todavía se tambaleaba con todo lo sucedido, pero mis hormonas y el deseo que rugía en mi interior acallaron esos pensamientos tan pronto como el sudor cubrió mi cuerpo y Naruto empezó a gemir.

―Más ―exigí cuando sus lentas caricias comenzaron a ser una tortura. Con él siempre necesitaba más, más de sus besos, más de su toque, más de sus sucias palabras.

―Dulce y descarada bruja ―Bajó mi pierna y se colocó sobre mí, utilizando sus rodillas para abrir mis muslos. Una larga embestida después y mi coño se ciñó nuevamente alrededor de su dura polla―. Amas esto ¿verdad?

Asentí gimiendo y rodeándolo con mis piernas.

Salió de mí y restregó su polla por la costura de mi coño, provocando esos sonidos húmedos que me excitaban demasiado.

― ¿Quieres ser mi novia?

― ¿Ah? ―Grité cuando se enterró dentro de mí, suprimiendo mi capacidad de responder a su pregunta. Recostó su sudoroso cuerpo sobre el mío y me besó casi con desesperación, anulé las dudas que empezaron a rondar cuando supe que ni siquiera habíamos hablado sobre lo sucedido semanas atrás y me dediqué a sentir. Lo amaba, era algo tan cierto como que necesitamos del oxigeno para vivir, y saber que él lo hacía también borraba todo lo pasado.

No importaba el dolor, si la felicidad ya estaba a mi alcance. No importaba lo que dijeran los demás, si lo único importante era este chico sobre mí.

Hice de esa mi única verdad.

Comencé a jadear al mismo tiempo que Naruto se dedicó a chupar mis pezones, acaricié su pelo y él levantó su mirada. La intensidad que vi la noche anterior todavía estaba ahí, brillando en el azul de sus iris. Fui feliz, sabiendo que mis sentimientos eran correspondidos y que de ahora en adelante contaría con él para lo que fuese.

No volvería a estar sola nunca más.

Nos vinimos casi al mismo tiempo, rugiendo en la boca del otro pues al estar los sentimientos de ambos involucrados la explosión fue perfecta y por demás asombrosa.

― ¿Sí entonces? ―murmuró en mis labios mientras tratábamos de llenar los pulmones luego de que el orgasmo prácticamente los extinguiera.

― ¿Sí qué?