Capítulo 09

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Las caderas de Willburn son como una muerte lenta y dolorosa, lo imaginé de muchas formas, he imaginado situaciones perversas, pero en ninguna de ellas bailaba así, en ninguna de ellas nuestros cuerpos rozaban de esta manera tan sutil que podría volverme adicta.

El hombre sabe moverse, sus movimientos son hipnóticos, siento que mi mente cae y no puedo recuperarla. Sus manos se mueven sobre mi cuerpo lo necesario, me torturan, me hacen desear más y más. Sus palmas calientes se quedan estáticas en ciertas zonas para guiarme, me ayuda a mover la cintura, a mover las caderas para seguir su ritmo, todo sin dejar de respirar frente a mi oído, de acariciar mi piel con la punta de su nariz.

«Your hands are on my waist, my lips you wanna taste. Come muévete, muévete, muévete»

Willburn empieza a cantar algunas partes de la canción, no entiendo todo lo que susurra, pero lo dice con cierto tono que me pone a temblar.

La canción se detiene de golpe y la gente suelta una exclamación de euforia que me obliga a aterrizar al mundo real. Él bufa como si estuviera molesto por la interrupción. Barro el lugar y me percato de que se está formando una aglomeración de personas en el centro de la pista, las cuales se abren y forman un círculo. Rápidamente busco a Ushio, me tranquilizo cuando la veo junto a Mateo a salvo.

No entiendo muy bien qué está sucediendo, la gente grita hasta que la música vuelve. Esta vez no entiendo nada de la canción, pero los sonidos me hacen pensar en colores y me dan ganas de moverme.

Me acerco a la multitud, Willburn no pone objeción, no me suelta cuando nos aproximamos. Nos dejan pasar cuando se percatan de que viene conmigo, tiene derechos que no entiendo, pero no me molesta cuando encontramos un lugar en la parte de adelante. Hay seis chicas, tres de un lado y tres del otro, solo reconozco a uno de los tríos. Kealsey, Regina y Juliet.

No hacen mucho al principio, se mueven con suavidad y animan a su público moviendo las palmas. Las seis llegan al centro y se retan, o eso creo, algunos gritan en otro idioma. Colocan una botella y la hacen girar, vitorean cuando señala al grupo de Kealsey.

Cuando el ritmo de la canción incrementa empiezan a bailar y no puedo hacer otra cosa más que abrir la boca por el asombro. Las otras tres hacen lo mismo cuando el primer trío hace una pausa. Es una batalla de baile callejero, sus cuerpos siguen los ritmos latinos de las canciones que cambian con rapidez. No solamente mueven las caderas y el trasero, realizan movimientos que todos celebran, la verdad es que se ve que se toman en serio esto y que lo disfrutan, parecen bailarinas profesionales.

Me gusta disfrutar de un buen espectáculo, este lo es y ni siquiera pagué para poder entrar, mi boca se abre más cuando Juliet se abre de piernas y cae al suelo, y se levanta con la misma facilidad. Estas chicas podrían hacer que cualquiera baile, supongo que no se trata del show, la magia se debe a los hechiceros, y ellas hacen magia al bailar. No es que nunca haya visto danzas, he visto bastantes, pero nunca una que fuera tan natural y espontánea, nunca una con tanta pasión. Es como si le dijeran al mundo que no siguen las reglas, que ellas las crean bailando.

Maldición Willburn © ✔️ (M #1)Where stories live. Discover now