Capítulo 25

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El sábado por la noche me detengo frente a la cama y observo el vestido que reposa en el colchón. Lo traje en la maleta, es una suerte que no esté arrugado. Es largo y dorado, la tela es fina y suave, brilla como si diminutas luciérnagas estuvieran alrededor de él. La falda que roza el suelo se mueve suavemente al caminar. Tiene escote pronunciado, dos tirantes muy delgados que se unen detrás del cuello, dejando al descubierto la espalda.

Es uno de mis vestidos favoritos. Lo usé hace tiempo en una fiesta que le organizaron a mi padre por sus años de servicio en el hospital, le entregaron un premio, un galardón por su compromiso con sus pacientes y el respeto que le ha mostrado siempre a su profesión. Pensé que era perfecto para usarlo en esta ocasión.

Una vez que me visto, veo el resultado en el espejo. Mi cabello está amarrado en un moño alto, las ondas rojas cuelgan y se ven rebeldes, algunos mechones están sueltos y enmarcan mi rostro. Mis pestañas se ven interminables y el maquillaje ahumado hace que el color de mis ojos se vea más intenso.

Hace un rato Row me mandó un mensaje de texto preguntándome si estaba lista, le dije que bajaría y lo encontraría en el jardín. Hay un montón de gente en la casa, en la mañana vino un grupo de personas a instalar unas carpas y preparar el evento. Y ahora los invitados están llegando, desde mi habitación puedo escuchar la música instrumental. Es de locos, la casa del señor Willburn es muy grande, tanto que el jardín puede albergar un escenario, mesas, carpas, músicos, meseros y muchas otras cosas. Es un evento en toda regla, y me estoy muriendo de los nervios.

Lanzo un suspiro y decido que es hora de salir, no puedo esconderme eternamente. Salgo de la habitación, y camino por el pasillo alfombrado hasta la cima de las escaleras.

Mientras desciendo, estudio la estancia principal y lo encuentro a él, no está esperándome en el jardín, se encuentra en el inicio de las escaleras, apoyado en el barandal. Una sonrisa de lado se dibuja en mis labios, no me está mirando, así que puedo estudiarlo. Está usando un traje elegante de color negro, luce tan apuesto que duele. Se ve como un chico misterioso, uno muy, muy caliente.

Su cabeza se levanta antes de que pueda acercarme, casi como si pudiera leer mis pensamientos. Primero me mira a los ojos, los cuales se iluminan con sorpresa, acto seguido, resbalan por mi cuello y estudian mi cuerpo de arriba abajo con una lentitud que me hace temblar. Una de sus comisuras sube y la sorpresa se derrite en algo que conozco muy bien y que hace que mi cuerpo se encienda.

Estoy esperando que diga alguna tontería, algún comentario sucio, pero lo único que hace cuando me planto frente a él es ofrecerme su mano. Acepto el toque sin pensar, sus dedos se entretejen con los míos y me ayuda a bajar el resto de las escaleras.

Ya que estamos en la planta baja, se inclina hacia mí haciendo que mi corazón se dispare. Me saluda con un pequeño beso, es solo un roce que me deja deseando más. No contengo las ganas de aferrar su corbata para que no se aleje, Row sonríe de oreja a oreja y no pone resistencia.

Maldición Willburn © ✔️ (M #1)Where stories live. Discover now