Mi Mejor Amigo #1

22- Croquet y Ken

*Dylan Sprouce como Zack Martin*

¿Existe deporte más aburrido que el Croquet? No lo creo.

Estábamos en un club jugando a eso, y la verdad moría por irme a mi casa y dormir todo el día. A nadie le gustaba el Croquet, pero era a lo que jugaban mis abuelos cuando eran jóvenes, así que era una especie de tradición. Y el abuelo Alfred estaba muy entusiasmado con estar en el campo jugando, así que todos hacíamos lo que sea necesario por verlo contento, si él era feliz todos lo éramos.

Cuando fue mi turno de jugar, me posicione y observé bien mi jugaba para no confundirse. Necesitaba concentrarme por más sencillo que fuera, ya estaba cansada de ser la patética anti deportes de la familia, cada vez que jugaba en el equipo contrario a Jared terminaba avergonzada con la derrota.
Como acto reflejo, busqué a Jared con la mirada, y mi sangre comenzó a hervir cuando lo vi charlando tan animadamente junto a Oriana.

Apreté el bastón con mucha fuerza, y golpee la bola sin despegar los ojos de mi mejor amigo y mi prima.
Ella reía coquetamente y posicionada su mano sobre el hombro de Jared, él parecía no notar el intento de coqueteo y reía junto a ella. Sentía algo en el estómago, no sabía si era rabia o ganas de vomitar por esa escena patética y asquerosa.

Mi padre llamó mi atención, y sentí algo de vergüenza al darme cuenta que me había tildado observando a los otro dos idiotas.

-¿Qué fue eso hija?-

-¿Qué fue qué?- le pregunté a papá sin saber a qué se refería.

-El golpe, ¿viste hacía dónde fue la bola?- la verdad lo que menos hice fue prestarle atención al juego.

- Lo siento me distraje.- busqué la bola con la vista, y cuando la vi comencé a caminar hacia ella.

De verdad había echo cualquier cosa, la bola estaba fuera de la cancha, a más de 20 metros de donde debería haber llegado. Sin percatarme de lo que pasaba a mi alrededor, me agache a tomar la bola, pero alguien se adelantó y la tomó antes que yo.
Era un chico rubio, alto, fuerte y de ojos celestes y tenía una linda sonrisa; cuando nuestros ojos hicieron contacto visual sentí una especie de deja vu.

-Gracias.-

- Lo que sea por Charlotte Brown.- esa voz, ese tono, sabía perfectamente quien era.

-¿Realmente eres tú Zack?- le dije sonriendo y sin poder creer lo cambiado que estaba.

-El mismo.- me acerqué sin dudarlo y lo abracé, él me aceptó mientras reíamos.

Zack Martin; mi carismático, dulce e inteligente Zack Martin.
Si bien todos mis amigos de la secundaria fueron huecos y superficiales, Zack era la excepción. Él fue la persona más linda y sincera que conocí en ese espantoso colegio. A mis "amigos" no les gustaba que me juntara con él, pues éramos los populares y teníamos una imagen que mantener, "no debían verme con un nerd cómo él". Si, eran unos imbéciles. En mi último año estaba tan harta de todo, que rechace al capitán del equipo de fútbol y fui con Zack al baile de graduación, si hubieran visto la cara de todos. Fue épico.

Que increíble noche; todo iba genial hasta que intentó besarme, en ese entonces yo aún tenía sentimientos encontrados con Jared, así que nada pasó. Luego entramos a la universidad, cada uno fue por su lado y jamás supe nada de él.

- No puedo creer que tenga delante de mis ojos a Charlotte Brown. Estás...wow..
Estás increíble.- me respondió el rubio con una gran y hermosa sonrisa.

-¿Y tú? Los años te aman querido.- el río y volvió a abrazarme efusivamente.

-¿Cómo estás? Hace tanto no te veía. Tengo tantas cosas que contarte.- el hablaba rápido, apenas le entendía. Ya no parecía ser el tímido chico de hace unos años.