24- Mi Cielo

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Siempre dije que besar a Jared era como olvidarse de todo, como si él y yo fuéramos lo único en el mundo; y me quedaba corta, muy corta.

Cuando nuestros labios se unían mi cerebro entraba en un trance, y sufría un ataque de amnesia, no podía recordar ni mi propio nombre.
Así me sentía en ese momento, y juro que si por mí fuera me encantaría vivir amnesica; sólo por el hecho de sentir sus labios unidos a los míos.

Mis dedos se enrredaban en el cabello de Jared, y sus manos estaban firmemente posisionadas en mis caderas. Estábamos tan pegados que dudaba que fuera fácil separarme de él, aunque claro estaba que no quería separarme de él.
Sin darme cuenta comencé a dar pequeños pasos hacia atrás, pero en ningún momento me despegue de Jared, ni siquiera un milímetro; pero me detuve cuando choque contra un vehículo. Ignorando todo por completo, seguí disfrutando del increíble momento; en un momento quise pegarme más a Jared, aunque eso era prácticamente imposible, yo quería más.

Mis hormonas estaban alborotadas, y perdieron la poca cordura que tenían cuando las manos de mi mejor amigo presionaron mis muslos, obligándome a dar un pequeño salto y sentarme en el capo del auto. Estaba a punto de rodear la cintura de Jared con mis piernas, y entonces...la alarma del auto sonó.

-¡Mierda!- gritó Jared mientras daba ligeros pasos hacia atrás. Yo di un salto a una velocidad que no sabía que tenía, y mientras miraba para todos lados, asustada de que alguien nos estuviese observando.

Luego Jared tomó mi mano, cargamos nuestro bolsos (los cuales no recordaba haber dejado en el suelo) y corrimos lo más rápido que pudimos hasta nuestro auto. Cuando llegamos allí, no pudimos hacer otra cosa más que reír a carcajadas.

~~~♡~~~

Silencio.

Las bocinas de los autos en la calle era lo único que podía escucharse en el departamento. Luego de nuestra intensa sesión de besos, ambos montamos el auto y no hablamos en todo el camino hasta llegar a "nuestra casa".

¿Si se sentía extraño? Claro que si.

Casi teníamos intimidad en pleno estacionamiento de coches, al aire libre, ni nos percatamos si alguien nos había visto o no. Era extraño e incómodo, Jared era muy vergonzoso y que volviera a actuar de la forma de siempre era difícil; yo sabía que le costaba mirarme o dirigirme la palabra. Y eso si que me mataba, necesitaba estar como hacía una hora atras, sólo el y yo disfrutandonos.

Un extraño calor me inundó, cuando los recuerdos y sentimientos de ese momento llegaron a mí, mi mente simplemente voló.

-Charlie- la voz de Jared me saco de mis pervertidos pensamientos, y hasta sentí como si un balde de agua fría cayera sobre mí.

-¿Si?- yo claramente intentaba mostrarme tranquila, como si realmente no me importara lo que había pasado hacía una hora...Pero no era así.

-¿Ésta caja es tuya? Estaba en el auto.-

Casi caigo del sillón cuando vi la caja blanca que mi mejor amigo sostenía, la verdad me había olvidado de que la tenía en el auto. Estúpida y machista tradición familiar.

- Si, es mía.- dije mientras tomaba la caja. De repente una pervertida y malévola idea encendió mi mente, algo que me hizo sonreír levemente. -Jared, ¿abriste la caja?-

-Por supuesto que no, creí que podía ser algo personal.- el se dirigió hasta la cocina y se sirvió un vaso de jugo.

-Oh... Y yo, ¿alguna vez te conté sobre la machista tradición de las mujeres de mi familia?- mi ardiente concubino miro a la nada unos segundos, meditando mi pregunta y luego negó.

Mi Mejor Amigo #1Where stories live. Discover now