38- La despedida

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-Te voy a extrañar tanto mi niña.- sollozaba mamá mientras me abrazaba con fuerza. -Éstos últimos días no serán lo mismo sin tí.-

-Yo también te voy a extrañar mamá. Pero nos veremos en un mes, vendré por tu cumpleaños...- le dije mientras sobaba su espalda para que ya dejara de llorar.

- Aún así te voy a extrañar. Un mes es un montón.- se separó de mí unos centímetros y seco sus lágrimas. - Ya no tendremos tiempo para planear tu boda...- dijo con un tono apenado.

- Oh.. se que Clarissa y tú la planearán de todas formas...- reí un poco, por supuesto que lo harían. 

- Bueno, ella y yo tenemos algunas ideas...-

-Por supuesto que las tienen...- dije rodando los ojos.

-Haremos un archivo y te mandaremos todo.- dijo mamá entusiasmada.

-Mamá, sabes que aún no tenemos fecha. Tampoco tenemos prisa, así que calmense...no habrá boda aún.- le aclaré.

Luego vi a mamá hacer un pequeño puchero, se veía tan raro en una señora de 40 y tantos años... que alguien se lo dijera porfavor; aunque mamá siempre se vio más joven, seguía dándome cringe.

-Será un mes difícil sin tí...- y entonces mamá volvió a abrazarme y llorar en mi hombro. Yo rodé los ojos y reze porque sus lágrimas no marcharán mi abrigo blanco de diseñador.

Entonces vi a Fran acercarse por la puerta principal de la casa, y rodó los ojos ante nuestra mamá llorona.

-Mamá, en un mes la verás otra vez...- habló Fran, haciendo que mamá se separara de mí.

-Ustedes no entienden porque no son padres...- comenzó mamá, pero mi hermano la interrumpió.

-Y nunca lo voy ser, sí que ya no llores. Además aún tienes a tu hijo favorito a tu lado...- dijo señalandose a si mismo. Yo lo miré mal.

-Es cierto...- dijo mamá, colocándose a su lado y abrazandolo por la cintura.

- Eso es cruel mamá...- ella elevó los hombros.

- Por favor, todos saben que soy el favorito...- yo crucé mis brazos y volví a rodar los ojos.

-De todos modos te voy a extrañar...mucho.- y otra vez el lloriqueo.

Entonces los tres nos giramos, para ver el auto de Jared aparcar en la cera.

-Y ahora viene la peor parte. Odio las despedidas...- mamá lloró dramáticamente y salió corriendo dentro de la casa.

- Yo me encargo...- dijo mi hermano yendo tras mamá. ¿podía ser esa mujer más exagerada?

Ya me había despedido de todos, incluso de mi prima, deberían haber visto su cara de satisfacción al saber que me iría. Por poco no le borro esa estúpida sonrisa de un golpe.
En fin, de los únicos que debía despedirme era de los abuelos Alfred y Miriam, ni tenía idea como hacerlo sin llorar a mares pero lo intentaría.

Ambos bajaron del auto de Jared y vinieron hacia mí, una sonrisa de melancolía recorrió la boca de la abuela.

-Dime que no es momento...- dijo mi abuela Miriam.

- Por desgracia lo es...- contesté con una sonrisa apenada.

-Te dije que escondieras su pasaporte.- habló mi abuelo mirando a Jared, él me observó y luego a su abuelo.

-Lo hice, pero ella siempre da con todo.- resulta que si lo hizo, pero el idiota sólo me molestó unos minutos.

Los tenía en el bolsillo trasero de su pantalón, no fue difícil quitarle mi pasaporte, tampoco fue difícil quitarle su pantalón.
Me perdí entre tantos besos y caricias, comenzamos jugando y terminamos teniendo una increíble y hermosa despedida. Sentí la despedida, sentí que en ese momento nos dijimos todo lo que nos extrañaríamos sin palabras, sentí que sellamos un pacto de amor puro. No me importaba lo que fuéramos en ese momento, ya no me preocupaban los títulos, estábamos juntos y eso era todo lo que importaba.

Mi Mejor Amigo #1Where stories live. Discover now