Capítulo 7 // Gilderoy Lockhart

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Al levantar la vista, vio al muchacho pequeño de pelo castaño que la noche anterior se había puesto el sombrero seleccionador. Lo miraba como paralizado.

—¡Oye tu! — exclamo Abril y el muchacho dio un pequeño salto de asombro, el tenía en las manos lo que parecía una cámara de fotos muggle normal y corriente.

—¿Me dejarian, Harry, Abril? Soy... soy Colin Creevey —dijo entre-cortadamente, dando un indeciso paso hacia delante — Estoy en Gryffindor también. ¿Podría..., me dejan... que les haga una foto? —dijo, levantando la cámara esperanzado.

—¿Una foto? —repitieron Abril y Harry sin comprender.

—Con ella podré demostrar que te he visto —dijo Colin Creevey con impaciencia, acercándose un poco más, como si no se atreviera —. Lo sé todo sobre ti. Todos me lo han contado: cómo sobreviviste cuando Quien-tú-sabes intentó matarte y cómo desapareció él, y toda esa historia, y que conservas en la frente la cicatriz en forma de rayo (con los ojos recorrió la línea del pelo de Harry). Y me ha dicho un compañero del dormitorio que si revelo el negativo en la poción adecuada, la foto saldrá con movimiento. —Colin exhaló un soplido de emoción y continuó—: Esto es estupendo, ¿verdad? Yo no tenía ni idea de que las cosas raras que hacía eran magia, hasta que recibí la carta de Hogwarts. Mi padre es lechero y tampoco podía creérselo. Así que me dedico a tomar montones de fotos para enviárselas a casa. Y sería estupendo hacerte una. —Miró a Harry casi rogándole —. También con Abril, eres fabulosa, no puedo creer que hayas luchado contra un troll, y que seas la cazadora mas rápida del colegio — Abril miraba desconcertada a sus amigos — Tal vez tu amigo querría sacárnosla para que pudiera salir yo a su lado. ¿Y me la podrían firmar luego?

—¿Firmar fotos? ¿Te dedicas a firmar fotos, Potter?

En todo el patio resonó la voz potente y cáustica de Draco Malfoy. Se había puesto detrás de Colin, flanqueado, como siempre en Hogwarts, por Crabbe y Goyle, sus amigotes.

—¡Todo el mundo a la cola! —gritó Malfoy a la multitud —. ¡Harry Potter firma fotos!

—No es verdad —dijo Abril de mal humor, conteniendo las ganas de lanzarle un hechizo —. ¡Cállate, Malfoy!

—Lo que pasa es que le tienes envidia —dijo Colin, cuyo cuerpo entero no era más grueso que el cuello de Crabbe.

—¿Envidia? —dijo Malfoy, que ya no necesitaba seguir gritando, porque la
mitad del patio lo escuchaba—. ¿De qué? ¿De tener una asquerosa cicatriz en la frente? No, gracias. ¿Desde cuándo uno es más importante por tener la cabeza rajada por una cicatriz?

Crabbe y Goyle se estaban riendo con una risita idiota.

—Échate al retrete y tira de la cadena, Malfoy —dijo Ron con cara de malas pulgas. Crabbe dejó de reír y empezó a restregarse de manera amenazadora los nudillos, que eran del tamaño de castañas.

—Weasley, ten cuidado —dijo Malfoy con un aire despectivo — No temetas en problemas o vendrá tu mamá y te sacará del colegio. —Luego imitó un tono de voz chillón y amenazante —. «Si vuelves a hacer otra...»

Varios alumnos de quinto curso de la casa de Slytherin que había por allí cerca rieron la gracia a carcajadas.

—A Weasley le gustaría que le firmaras una foto, Potter —sonrió Malfoy —. Pronto valdrá más que la casa entera de su familia.

Ron sacó su varita reparada con celo, pero Hermione cerró Viajes con los vampiros de un golpe y susurró:

—¡Cuidado!

—¿Qué pasa aquí? ¿Qué es lo que pasa aquí? —Gilderoy Lockhart caminaba hacia ellos a grandes zancadas, y la túnica color turquesa se le arremolinaba por detrás — ¿Quién firma fotos?

Abril en Hogwarts: La Camara SecretaWhere stories live. Discover now