Abril en Hogwarts: La Camara Secreta

Capítulo 18 // George Weasley

A la mañana siguiente Abril estaba recorriendo los pasillos del castillo, cuando un sonido la hizo detenerse, un pasadizo había sido abierto y de el salieron los gemelos Weasley.

—¿No deberían estar en clases? — les dijo Abril mientras se acercaba a ellos.

—Oh, hola Abril — saludó contento George — con respecto a tu pregunta, Si... Deberíamos.

—Pero no irán ¿Verdad? — las risas traviesas de los gemelos los delataron.

—Iremos a Hogsmeade, ya sabes, a dar una vuelta, ¿Quieres venir con nosotros? — le ofreció George.

—Los alumnos de segundo no tiene permiso de ir....

—Los alumnos de segundo no tiene permiso de ir — imitó Fred con una voz aguda — ¿Quien dijo que alguien tiene que saberlo? — dijo divertido.

—Anda, vamos — le sonrió George.

Abril meditó algunos segundos y finalmente asintió con la cabeza. Los gemelos le enseñaron un pasadizo que iba a parar a la tienda de dulces Honeydukes, aprovecharon la visita y se llevaron barios dulces de todo tipo.

Fuera de la tienda hacia un frío glaciar, la pequeña aldea estaba cubierta de nieve, pero esto no impidió que Abril y los gemelos se divirtieran.

—¿Creen que se den cuenta de que no estamos en el castillo? — Abril pregunto preocupada mientras comía una rana de chocolate.

—Tal vez sí.... — dijo George.

—O tal vez no... — siguió Fred.

—Eso no me ayuda, chicos — contestó preocupada.

Los tres contemplaron la caza de los sustos a la lejanía.

—Tranquila, Abril — le dijo George — ya veras que nadie se dará cuenta.

Pero Abril siguió preocupada y los gemelos lo notaron, Fred tomó un puñado de nieve y sin que Abril se diera cuanta, le arrojó una bola de nieve.

Ella se levantó con prisa por el frío de la nieve y noto que George se reía a carcajadas, Fred solo la veía con una sonrisa.

—¡Venganza! — Exclamó ella mientras le arrojaba a los gemelos todas la bolas de nieve que podía mientras estos dos se las devolvían.

Rápidamente ella fue superada y sacó su varita para crear bolas de nieve pero cuando se disponía a hacer el hechizo, su varita se dobló como si estuviera hecha de goma.

Los gemelos sonrieron y George saco la varita de Abril.

—Una varita de regaliz — murmuró Abril.

—En esta ocasion no, pequeña, — dijo triunfante — sin magia.

Pero de imprevisto le arrojó una bola de nieve a Fred.

—¡Traición! — exclamó divertido y comenzó a atacar a su gemelo.

Minutos después los tres se encontraban tirados sobre la nieve, aun lado del lago, riendo y con el pelo lleno de nieve.

—Esperen — dijo de imprevisto Fred — se me olvido comprar algo.

Y antes de que George o Abril hablarán, salio corriendo.

Abril rió un poco al ver a Fred salir a toda prisa.

—Entonces, ¿Que es lo que quieres hacer ahora, pequeña? — dijo George mientras se levantaba y quitaba la nieve del pelo.

Abril mantenía su vista fija sobre el lago congelado.

—La verdad me encantaría patinar sobre el hielo — se levanto — nunca lo he intentado.