CAPITULO 1

1.6K 61 0
                                    

Me llamo Miriam y tengo 24 años. Llevo con mi novia Mimi 4 años y actualmente vivimos juntas desde hace 2 años. Nos conocimos un día cuando estábamos de fiesta, ya que teníamos amigos en común. Desde ese día nos hicimos bastante amigas y después de conocernos un poco empezamos a salir.

Antes de irme a vivir con ella, vivía con mi prima Aitana. Cuando me mude a Madrid no conocía a nadie y como ella vivía aquí, me acogió sin ningún problema. Siempre nos habíamos llevado bastante bien, así que no hubo ningún problema en la convivencia. Más que primas eramos como hermanas de lo bien que nos llevábamos y como ninguna tenía, pues eso. 

Mi mejor amiga se llamaba Mireya. La conocí en el trabajo que conseguí nada más mudarme a Madrid y desde entonces somos inseparables. Trabajábamos en un bar de camareras. No era lo que más me apasionaba, pero era lo que había.

- ¡Joder que dolor de cabeza!- me dije a mi misma nada más levantarme de la cama.

El día anterior habíamos salido todo el grupo de amigas de fiesta y debí pasarme de copas porque tenía una gran resaca y no me acordaba casi de nada de lo que hicimos anoche. Cuando me giré en la cama para ver si Mimi estaba todavía durmiendo, ella no estaba así que me levanté y fui a la cocina a comer algo y a tomarme una pastilla para el dolor de cabeza.

- Buenos días- me dijo Ana nada más entrar en la cocina.

- Serán para ti porque yo estoy con una resaca...- dije rascándome la cabeza.

- Normal, bebiste mucho.

- La próxima vez no bebo tanto.

- Eso no te lo crees ni tu guapa. Siempre dices lo mismo y luego mira.

Ana era una amiga que hice nada más llegar a Madrid. Enseguida nos llevamos bien y como el piso de Mimi y mio era bastante grande y ella buscaba piso, pues le alquilamos una habitación y así compartíamos gastos.

- Oye, ¿dónde está Mimi?- le pregunté a Ana.

- A salido hace rato. Se a ido a correr.

- ¡¡Que dices!! Estas de broma ¿no? Que pasa que soy la única que tiene resaca o ¿qué?

- Pues si, pero mira el lado positivo. Hoy no te toca trabajar jajajaja.

- Eso es verdad. Menos mal, porque ir a trabajar con esta resaca hubiera sido un infierno jajaja.

Seguíamos hablando hasta que escuchamos la puerta abrirse y las dos nos giramos para ver llegar a Mimi.

- ¿¡Qué tal la resaca, amor!?- gritó Mimi nada más entrar a la cocina.

- Primero, mal. Segundo, no grites que me duele la cabeza. Y tercero, no me llames amor que sabes que no me gusta- contesté yo mientras me iba al salón y me tiraba en el sofá.

- Joder, ni aún estando con resaca me pasas ni una- dijo Mimi mientras venía a donde yo estaba.

- Se a levantado de mala hostia. No entiende porque nosotras no tenemos resaca y ella sí- dijo Ana.

- Eres como un bebe a veces- me dijo Mimi.

- Vete a la mierda- la contesté haciéndome la enfadada.

- Es verdad, cariño. Además, que tengas resaca es normal, bebiste muchísimo y encima no quisiste beber agua- me volvió a decir Mimi.

-  Hostia, valla día tienes hoy con llamarme así. Primero amor y ahora cariño. Déjame en paz que hoy no estoy para vaciles- dije.

- Bueno chicas, yo me voy a comprar comida para cuando estas vengan. En un rato vuelvo. Adiós Mimi, adiós gruñona- nos dijo y a mi me sacó la lengua. Se fue y nos quedamos Mimi y yo solas en casa.

- Joder, no me acordaba que les dije a estas de venir a casa a comer hoy. Si es que soy idiota. Como se me ocurre decírselo después de haber salido de fiesta. En fin...- le dije a Mimi.

- Solo se te ocurren a ti estas cosas jajaja- me dijo Mimi.

- ¿Hoy que te pasa que no dejas de vacilarme? Porque me estas hartando un poco. Cuando estoy bien vale, pero con resaca no.

- Ai que gruñona te has levantado hoy. Ven aquí anda.

Mimi se acercó más a mi y me abrazó. Nunca se lo voy a admitir, pero me encanta que me abrace de esta manera. Es como si estuviera en casa. Ella era mi hogar.

- Bueno, me voy a la ducha que seguro que apesto y no quiero que lleguen estas y me vean así jajaja- dijo ella.

- Espera, déjame a mi primero para ver si así me despejo un poco.

- Mmm, deja que me lo piense. No se yo, hoy estas muy gruñona y todavía no me has dado ni un beso. Creo que no, me voy a duchar yo primero. Bueno, pero si quieres nos duchamos juntas.

- Eres mala. Venga cariño, déjame ducharme a mi primero porfaa- dije poniendo un puchero.

- Anda, mira quien llama a quien cariño ahora jajjaja. Eres adorable cuando eres así, pero no te va a funcionar.

- Joo, Mimii.

- No. Te voy a dar una última oferta, la tomas o la dejas. Nos duchamos las dos juntas o primero yo. Tu decides lo que prefieres.

- De acuerdo, nos duchamos las dos juntas. Pero solo ducharnos eeeee. Que nos conocemos y llegan estas a comer y todavía no hemos acabado.

- No valee. Eres una aguafiestas.

- Ya te digo yo que no, pero aun así me quieres y eso no me lo quita nadie.

- Demasiado te quiero. Ahora vamos a la ducha que a este paso no vamos a acabar nunca. Aunque ya veremos lo que pasa...- me dijo con una sonrisa maliciosa.

- Ni lo sueñes guapa- dije dándole una palmada en el culo y yendo hacia el baño.

Mimi se quejó y me siguió hasta el baño. Nos metimos en la ducha y, como yo había dicho, no hicimos nada. Ella lo intentó, pero yo no se de donde saqué tanta fuerza de voluntad que no cedí por poco. Es que imaginaos, tener a Mimi en la ducha y no hacer nada. Eso es tener mucha fuerza de voluntad. Cuando terminamos las dos nos sentamos en el sofá abrazadas mientras que veíamos un rato la televisión y esperábamos a Ana para empezar a hacer la comida. No llevábamos ni 10 minutos sentadas hasta que oímos como la puerta se abría y entraba Ana cargada de bolsas. Era gracioso ver como intentaba que no se le cayeran las bolsas.

- Eso, vosotras seguir ahí sentadas en vez de ayudarme. Que buenas amigas sois. La próxima vez vais vosotras a comprar- nos dijo mientras que Mimi y yo reíamos.

- Ya voy, ya voy. Es que te tenías que haber visto. Tu cara era graciosísima mientras intentabas que no se te cayeran las bolsas- dijo Mimi mientras que se levantaba a ayudarla.

- A mi no me mires. Yo estoy mal, no pienso ayudar jajajja. Ahora a hacer la comida mis niñas- dije sacándolas la lengua.

- Tendrás resaca, pero sigues igual de mandona chica- dijo Ana.

- Totalmente de acuerdo. Encima me dices que no te llame amor ni nada de eso y luego tu lo dices. Eres de lo que no hay Miri- me dijo Mimi.

Las dos me sacaron el dedo medio y se iban hacia la cocina para empezar a preparar la comida. Yo empecé a reírme como loca porque siempre era lo mismo. 

-----------------------------------------------------------

Aquí tenéis el primer capítulo de esta historia. Espero que os guste.

Muchísimas gracias por leerme y por votar.❤️

RELACION ESTABLE O ¿NO?~Miriam2Where stories live. Discover now