CAPITULO 11

899 54 1
                                    

Llegué a casa de mi prima y parecía que ni ella ni Amaia estaban en casa. Por eso, decidí tirarme en el sofá y ver una película para distraerme un poco de todo.

Al de un rato llegaron y se me echaron encima para que les contase todo lo que había pasado hoy. Les conté lo que me dijo Roi y toda la conversación, incluso sobre lo que hablamos sobre Mimi. También les conté que Mimi apareció en el bar para hablar y como la hablé yo.

- Creo que voy a ir a casa a hablar con ella- las dije y las dos empezaron a dar saltitos de la emoción por haberme oído decir eso.

- Ya era hora de que te tragues tu orgullo y vallas a hablar con ella. Me alegro mucho por ti prima- me dijo Aitana abrazándome.

- Haces bien, te has pasado un poco con ella y es lo que debes hacer- me dijo Amaia.

- Joder Amaia, nunca te había visto así de madura- le dijo Aitana.

- Ai Aiti joe, que me había quedado muy bien y ahora dices tu eso. Jo, que vergüenza- dijo Amaia poniéndose nerviosa.

- Y aquí está la Amaia que todos conocemos- dije yo y las tres empezamos a reír.

- Bueno, volviendo al tema. Mañana voy a casa para intentar arreglarlo- las dije.

- No, no, no. De eso nada leona. Tu vas ahora mismo a hablar con ella- me dijo Aitana.

- No estoy segura...- dije dudando.

Las dos me miraron con cara de ser idiota y al final decidí ir ahora a hablar con ella. Las dos empezaron otra vez a dar saltitos por toda la casa como dos niñas pequeñas y yo me despedí de ellas con un beso a cada una.

Estaba de camino y no puedo negar que estaba nerviosa por hablar con ella. Si hablábamos y no lo arreglábamos no se que haría con mi vida. Fui una idiota por desconfiar de ella y tenía que arreglarlo sea como sea. Llegué y cuando abrí la puerta alguien se tiro encima mio.

- ¡¡Miri!!- me dijo Ana enganchada a mi como un koala.

- Hola, ¿esta Mimi? Quiero hablar con ella.

-¿No habéis hablado antes? Ella fue al bar a hablar contigo para hablar las cosas.

- Sí, vino pero yo no puede hablar con ella y la hablé un poco mal. Vengo a arreglar las cosas.

- Nunca pensé que tú te tragarías tu orgullo jajajaja. Me parece bien lo que has hecho. Ahora entiendo que cuando a llegado a casa se ha encerrado en vuestra habitación pegando un portazo.

- ¿Esta muy enfadada?

- ¿Tu que crees? Mira Miriam, esto os está yendo mal a las dos y lo tenéis que arreglar y dejar de haceros daño mutuamente porque os queréis. Habla con ella.

- Voy a ello. Espero que todo valla bien.

Lo que no me esperaba es lo que iba a pasar cuando cruzase esa puerta, pero tenía que hacer. Respiré hondo y toqué la puerta antes de entrar.

- H-hola- dije dudando y cerrando la puerta a mis espaldas.

- ¿Qué haces aquí?- me contestó bastante borde.

Lo entendía, he sido demasiado idiota con ella y me merecía que me hablase así.

- Quiero hablar contigo, como no hemos podido hablar antes...

- ¿Y por que crees que yo quiero hablar contigo ahora?

¡¡Auch!! Eso duele, pero me lo merezco.

- Si no quieres me voy. Yo solo quería acabar con este enfado de una vez por todas- dije cabizbaja y a punto de irme.

Ella se levantó y me agarró del brazo para que no saliera de la habitación.

- Esta bien, hablemos. Yo también quiero solucionar esto de una vez por todas- me dijo y nos sentamos en la cama.

Nos sentamos una en frente de la otra. No sabía como empezar a hablar y estaba bastante nerviosa porque ella no dejaba de mirarme y yo era incapaz de mirarla. Como no la miraba, ella me agarró de la barbilla y subió mi cabeza para que la mirara a los ojos.

- ¿Por qué has venido Miriam?- me pregunto mientras yo no paraba de jugar con mis anillos.

- Y-yo, quería pedirte perdón por todo. He sido una completa idiota contigo, por no haberte escuchado y por hablarte tan mal antes. Ya sabes que a veces no pienso lo que hago y... ¡¡Joder!! Que lo siento mucho, no puedo seguir enfadada por cosas que ni siquiera han pasado.

Yo en ese momento ya estaba llorando y vi que a ella también le caía alguna lágrima.

- ¿Por qué creíste que te engañaba?- me preguntó.

- Porque estabas muy rara últimamente y el día que fui a coger mi chaqueta estaba la habitación desordenada que pensé lo peor. Que te habías cansado de mi...

- Nunca te he engañado y nunca lo haré.

- Ahora lo sé. Me lo contó Mireya que estabas con ella. Yo no debería haber desconfiado de ti y te tenía que haber escuchado. Me enfadé y eso me impidió ver las cosas claras. Luego mi orgullo no me dejaba ir a hablar contigo.

- Debiste confiar en mi o por lo menos haberme dejado explicarme.

- Lo se y lo siento por eso. Yo te quiero, eres la persona más importante para mi y no quiero perderte. Necesito arreglarlo y estar bien contigo. Estos días que hemos estado separadas, aunque estaba enfadada, no podía quitarte de mi cabeza. Tenía miedo de que me dejaras y la jodí mucho. Yo... yo te quiero y quiero estar bien contigo.

Rompí a llorar otra vez, porque esto sobrepasaba mis límites y necesitaba arreglarlo con ella. Volví a mirar hacia el suelo porque odiaba que me vieran llorar y cuando me tranquilicé un poco, volví a levantar la mirada y Mimi estaba igual que yo. Quería abrazarla, pero no sabía si era adecuado por lo que estaba pasando.

- Yo también lo siento. Yo... no tenía que haber dejado de hablar contigo y si juntamos todo es normal que pensases eso. Yo también te quiero y quiero que todo esté bien entre nosotras- me dijo y me abrazó.

Echaba de menos estar así, las dos abrazadas y bien. Sin ningún problema. Cuando nos separamos, las dos llorando, la dije.

- Entonces, ¿las dos hemos sido unas idiotas?- la pregunté.

- Si, pero tu un poco más que yo.

- No te lo voy a negar porque se que es verdad. Te quiero.

- Yo también te quiero idiota.

Y después de varios días nos besamos. Lo repetiré mil y una veces, pero la echaba de menos y me encantaba besarla. Era como una droga para mi. Después nos separamos y estuvimos mirándonos durante un rato.

- Vuelve a casa, por favor. Hecho de menos dormir contigo- me dijo con una sonrisa tímida.

- Eso lo tenías que haber dado por hecho. ¿Me acompañas a por las cosas?

- Claro- me volvió a besar y se vistió con algo más decente para poder salir a la calle.

Cuando terminó de prepararse, salimos de la habitación y nos encontramos a Ana y Nerea. Les contamos que lo habíamos arreglado y nos fuimos hacia la casa de mi prima a por mis cosas.

Cuando llegamos, Aitana y Amaia vinieron rápidamente y se tiraron encima nuestro mientras no dejaban de hacernos preguntas. Mientras cogía mis cosas, les contestamos a todas sus preguntas y nos fuimos a nuestra casa.

-----------------------------------------------------------

RELACION ESTABLE O ¿NO?~Miriam2Where stories live. Discover now